Accidentada entrega de los Premios Grisolía a Kornberg y López Barneo
Ni el científico valenciano ni Gerardo Camps asisten por problemas de salud
Los Premios de la Cátedra Santo Grisolía distinguieron ayer al científico estadounidense Roger Kornberg y al médico andaluz José López-Barneo por sus contribuciones a la ciencia. Kornberg recibió el Nobel de Química en 2006 por su investigación sobre el intrincado proceso de lectura de la información genética. López Barneo, Premio Jaime I, ha trabajado, entre otras líneas, en la aplicación de las células madre en el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson.
El acto estuvo marcado por esas prometedoras avenidas de la ciencia contemporánea, por un guiño en la biografía de Kornberg y, sobre todo, por las ausencias de las dos personas que debían presidir la entrega de los premios: el profesor Santiago Grisolía, ingresado por problemas de salud; y el vicepresidente segundo de la Generalitat y consejero de Economía y Hacienda, Gerardo Camps, que se excusó a primera hora de la mañana por un achaque en la espalda, una dolencia que le ha impedido reiteradamente cumplir su agenda en los últimos años.
Los premiados han investigado el uso de células madre y la 'lectura' del ADN
Camps fue sustituido a última hora por el consejero de Sanidad, Manuel Cervera, que confió en una pronta recuperación de Grisolía y ensalzó a los premiados por sus aportaciones "al avance de los conocimientos en el campo de la biomedicina". "Son dos ejemplos", añadió, "de personas que trabajan por la humanidad".
La vida de Roger David Kornberg, nacido en San Luis (Misuri) en 1947, en el seno de una familia judía, se entrecruza en un punto con la de Grisolía. El padre del estadounidense, Arthur Kornberg, fue médico y también logró el Nobel (en este caso en Medicina) en 1959 por sus investigaciones sobre el ADN. Compartió el premio con su maestro, el español Severo Ochoa, otro de cuyos discípulos era Grisolía. Aquella relación de hace medio siglo fue recordada ayer con un punto de emoción por el estado de salud del científico valenciano.
López Barneo es coordinador general de investigación del hospital Virgen del Rocío y catedrático de Fisiología en la Universidad de Sevilla y ha recibido una larga lista de reconocimientos, entre ellos el Premio Nacional de Investigación Científica y Técnica Juan Carlos I. En su intervención, reclamó que la crisis no tenga como consecuencia una disminución de los fondos destinados a la investigación. "Nuestro país ha experimentado un crecimiento social, económico y científico muy importante en los últimos 30 años, pero aún queda mucho por recorrer", declaró. "El objetivo", siguió, "debe ser que la ciencia deje de ser considerada un gasto para ser entendida como una inversión".
La Cátedra Santiago Grisolía no pertenece a ninguna universidad. Fue promovida en 1997 por la Fundación Valenciana de Estudios Avanzados, entidad impulsada a finales de los setenta por el propio Grisolía. Su sede está en el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe y su principal actividad consiste en la entrega anual de los premios.
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