Aduriz, un caso

Aritz Aduriz siempre quiso jugar en el Athletic. Estuvo en Lezama. Se fue porque no le quisieron, se buscó la vida en clubes menores, alcanzó el Valladolid y desde allí regresó a Lezama, al Athletic. De pronto, surgió el mejor Llorente y, a la vez, la oferta del Mallorca, que quería crecer y necesitaba un nueve de garantías. Y el Mallorca, en cuarto creciente, ofreció seis millones por el jugador y el Athletic, afectado por el caso Zubiaurre, cuya sentencia judicial le obligaba a pagar otros tantos a la Real Sociedad, aceptó encantado. Tenía el sustituto y necesitaba dinero. Miel sobre hojuelas. El Athletic corregía económicamente un error de la junta directiva anterior y tenía la alternativa perfecta para la plantilla. El problema surgió cuando el Mallorca dio muestras de incapacidad de pagar ese traspaso generando un conflicto que ha ido creciendo y puede dejar al Athletic sin cobrar una parte y al Mallorca, por sus deudas, más allá de Aduriz, sin la Champions o la Liga Europa, torneos en los que deportivamente merece participar.

Los desencuentros han sido totales. El Athletic ha demandado por impago al Mallorca, que se arriesga a perder su plaza en Europa por inscribirse, si no lo evita, en la Ley Concursal (ahora está en la fase previa). Y la batalla del Athletic es total en defensa de sus derechos. Mateo Alemany, en un intento desesperado por ganar la batalla de imagen, aseguró en El Larguero, de la cadena SER, que ofreció al Athletic la devolución de los derechos del jugador cuando se vio incapaz de afrontar los pagos y que el Athletic no quiso. El club vasco responde a esto que "en ningún caso se ofreció la posibilidad de que el jugador pudiera volver a la disciplina del Athletic a cambio de condonar los importes pendientes de pago, y todo ello sin perjuicio, además, de otras circunstancias tales como reglamentación sobre alineación de jugadores o la vigencia del contrato de trabajo entre el jugador Aritz Aduriz y el Mallorca".

Según el comunicado emitido ayer por la entidad rojiblanca, el Athletic ha padecido las incomparecencias e incumplimientos del Mallorca en este proceso, incluido el cheque sin fondos con el que el club balear quiso hacer frente a los impagos con la entidad bilbaína, aplazando pagarés vencidos sin abonar.

El caso está incluido en la situación económica alarmante del Mallorca, que puede anular disciplinariamente por parte de la UEFA los méritos del equipo del que Aduriz ha sido un protagonista importante.

Su gol en San Mamés ha calentado las calderas entre ambos equipos, que mantienen una pelea concreta: el Mallorca, Alemany, quiere devolver sentimentalmente a Aduriz a Bilbao y el Athletic quiere cobrar lo pactado en el contrato de compraventa. De momento, el Athletic pierde en la clasificación, pero el Mallorca pierde en los despachos. Y la séptima plaza, al final, puede ser definitiva si el Mallorca pincha en sus deberes económicos. Aduriz, mientras tanto, sigue metiendo goles. Y van 11.