Las tribulaciones del 'Primer Mundo' suben al escenario
La compañía del Teatro Ensalle estrena 'La maleza'
"Habría que olvidar las fronteras como las hemos estudiado", dice el primer actor que interviene verbalmente en escena. "Deberíamos poder hablar de sentimientos y de política en la misma frase", replica una de sus compañeras en el pórtico de La maleza, el montaje que la compañía residente del Teatro Ensalle de Vigo estrena en la sala este fin de semana y que ha contado con la asesoría artística de la coreógrafa Carmen Werner.
La pieza, que volverá a estar en cartel el próximo mes de junio, hace el número 16 en la historia de la compañía, fundada en Madrid por Pedro Fresneda y Raquel Hernández e instalada desde 2003 en Vigo, donde abrieron su propio local dedicado a la escena contemporánea.
"Vamos a darle libertad al público para que tome decisiones"
La maleza es una propuesta de búsqueda de la relación entre el escaparate mundial y las personas que cierra una trilogía de teatro político iniciada con 105 pasos o la mecánica de la carne (2008), acerca de las tensiones globales, y seguida por La última fila (2009), sobre los comportamientos a escala individual.
El próximo mes de agosto, las tres viajarán a Argentina, Uruguay y México, donde la compañía viguesa completará un apretado calendario de funciones. Y, después del verano, contarán más de cincuenta funciones por los teatros de la red alternativa estatal. Paradójicamente, los gallegos, con excepción de la Sala Nasa de Santiago, parecen no tener sitio para ellos.
El lenguaje es directo y contundente, marca de la casa, y tan desnudo como los intérpretes que, a pecho descubierto, miran para dentro y hacia su entorno para constatar que el miedo, el cansancio, el fin del amor y el deterioro físico pesan en la bolsa de "inconvenientes del primermundista", como define la obra hacia el final. Una porción de ese lastre nace en la intimidad personal, otra viene de fuera. O no, quizá sean las correspondencias entre lo individual y lo colectivo las causantes del desastre en que vivimos y que, en tono casi apocalíptico, se desgrana durante la primera parte de la obra.
Frente al hartazgo de políticas inservibles, el cuarteto actoral formado por Raquel Hernández, Artús Rei, Eva Alfonso y Jorge Rúa y dirigido por Pedro Fresneda, emprende el camino de las actitudes conscientes y del desahogo. "No vamos a convencer a nadie sino a ofrecer estímulos, exponer una idea y darle libertad al público para que tome decisiones", reflexiona Fresneda. Lo remarca Rei: "Es como si le dijésemos al espectador: te supongo inteligente y vienes aquí a hacer tu parte del trabajo".
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