Las previsiones del FMI, un punto de reflexión
Las páginas económicas de la prensa han estado dominadas esta semana por la publicación de dos informes del Fondo Monetario Internacional (FMI): el de estabilidad financiera y las perspectivas económicas mundiales. Informes que sirven de marco analítico para las reuniones de los diversos comités de esta institución en primavera y otoño de cada año. Por segunda vez, el FMI se muestra algo más optimista que la vez anterior.
Respecto a la evolución reciente, el FMI constata que la recuperación a escala mundial está siendo algo más fuerte de lo previsto, aunque la misma se está produciendo a ritmos muy distintos. Los países emergentes y en desarrollo están registrando un comportamiento mucho mejor que el de las economías avanzadas y, dentro de éstas, Estados Unidos adelanta a Europa y a Japón. Esta mejora económica se ve acompañada, además, por una moderación de los riesgos sobre la estabilidad financiera mundial. En cuanto a los mensajes de política económica, se nota un cambio importante: la institución, gran impulsora hasta ahora de políticas fiscales expansivas, toma nota de los riesgos que han surgido asociados a los enormes déficit públicos, que "pueden socavar los avances en la estabilidad financiera y ampliar la crisis". Por ello, es partidaria de que se mantengan los estímulos fiscales programados para 2010, pero con la excepción de aquellas economías que ya necesitan comenzar el proceso de consolidación fiscal. El FMI no lo dice, pero yo creo que ahí se encuentra España. El problema para nuestro país es difícil, pues, por un lado, la economía sigue necesitando las ayudas fiscales y monetarias para recuperarse, pero, por otro lado, cada vez se hace más imperativo empezar a reducir el déficit, pues si no, pronto podríamos vernos envueltos en la vorágine de la crisis de la deuda soberana que afecta a Grecia.
España sigue necesitando las medidas de estímulo, pero se hace imperativo reducir el déficit
El saneamiento de las finanzas va a requerir más esfuerzos que los mostrados hasta ahora
La ligeramente mayor fortaleza de la recuperación lleva al FMI a revisar al alza las previsiones de crecimiento económico mundial para 2010 en tres décimas porcentuales, hasta el 4,2%, manteniendo el 4,3% para 2011. Para España, el movimiento es similar, mejora la cifra de 2010 en dos décimas, aunque sigue siendo una de las pocas negativas entre las economías avanzadas (-0,4%), y mantiene el 0,9% para 2011. En ambos años, el crecimiento del PIB español sería seis décimas inferior a la media de la zona euro. Aunque el FMI no da el cuadro macroeconómico completo, la razón fundamental es la mayor caída en España del sector de la construcción. Estas previsiones se sitúan en línea con la del consenso del panel de Funcas y también con la del Gobierno español por lo que respecta a 2010, pero se quedan casi un punto porcentual por debajo de la del Gobierno para 2011 [gráfico superior izquierdo].
Las discrepancias con el escenario de nuestro Gobierno no se quedan, sin embargo, en 2011, sino que se mantienen a medio plazo. Para 2012 y 2013, el FMI prevé crecimientos del PIB español del 1,5% y 1,6%, respectivamente, la mitad aproximadamente de lo que contempla el Programa de Estabilidad. El FMI aún se aventura dos años más y contempla crecimientos del 1,8% en 2014 y del 1,7% en 2015. En todo este periodo las tasas son similares a las de la zona euro en su conjunto. Es difícil pronosticar qué sucederá dentro de cuatro o cinco años, pero lo que nos está indicando el FMI con este escenario es que la economía española no va a poder replicar en los próximos años el modelo de crecimiento de los pasados y que para crecer sobre otras bases hace falta robustecer y modernizar su estructura productiva, mejorar su dotación de capital humano y tecnológico y hacer más eficientes y competitivos los mercados de bienes y servicios y de factores productivos, algo que no se consigue en poco tiempo. Menos aún cuando en muchos ámbitos de la economía y la sociedad españolas se ven demasiadas resistencias a introducir las reformas necesarias. El caso es que el escenario del FMI a mí me parece más probable que el del Gobierno, y de ello se derivan muchas consecuencias, entre ellas, que el saneamiento de las cuentas públicas va a requerir muchos más esfuerzos de los que, al menos hasta ahora, parecen estar dispuestos a hacer los distintos gobiernos implicados. -
Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorro (FUNCAS).
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