Un equipo de dos
Los Lakers, que caen ante Oklahoma, son muy poca cosa cuando no brillan Pau ni Kobe
Kobe Bryant se quedó pasmado cuando empezó a ver frente a él la cara de Kevin Durant en lugar de la de su marcador habitual, Thabo Sefolosha. Empezaba a decidirse el tercer partido de la serie y ese duelo particular tuvo mucho que ver en su desenlace: el primer triunfo de Oklahoma sobre los Lakers por 101-96 (2-1 en la eliminatoria para el equipo de Los Ángeles). El mano a mano propició abundante jugo mediático. Para muchos fue una perfecta síntesis de la Liga: el presente frente al futuro, el máximo anotador más joven de la historia, con 21 años, frente al ídolo consagrado y en la plenitud de su carrera, con cuatro anillos en sus vitrinas y, a sus 31 años, empeñado en seguir algunos de los insuperables trazos del legado de Michael Jordan -ayer superó a Jerry West como el máximo anotador angelino en los playoffs de la NBA: 4.465 puntos-.
"Fue un emparejamiento que me cogió por sorpresa. Él hizo un gran trabajo", reconoció Kobe, que no necesitó repasar la estadística para llegar a esa conclusión. El 24 de los Lakers sólo anotó dos los 10 tiros que realizó mientras fue marcado por Durant en el último cuarto para concluir con 24 puntos y una serie de 10 de 29 en el tiro. La emergente estrella de los Thunder tampoco concluyó con una estadística sobresaliente en sus porcentajes con 29 puntos fruto de ocho canastas en sus 24 intentos, pero fue mejor que Bryant en la recta final con cuatro canastas en sus últimos siete lanzamientos.
Cuando Kobe Bryant no está del todo fino, queda en evidencia la capacidad de los Lakers para hacer valer su superioridad teórica dentro de la zona. Pau Gasol volvió a cuajar un buen partido pero su ausencia coincidió con los mejores minutos de Oklahoma, en el inicio del último cuarto. El español aportó 17 puntos, sólo falló cinco tiros, y sumó 15 rebotes y seis asistencias. El equipo perdió la batalla del rebote, con 14 capturas menos que Oklahoma, y prefirió explotar la veta de los triples: 10 de 31.
Phil Jackson, el entrenador de los Lakers, admitió que sus jugadores se habían excedido en los lanzamientos desde más allá de los 7,24 metros. La prueba fue que los Thunder explotaron mucho mejor su juego interior y lanzaron 34 tiros libres mientras que los Lakers se quedaron en 12. La reflexión de Bynum fue reveladora: "Pau debió disponer de más balones. Cada vez que toca la pelota, pasa algo bueno". El propio Jackson comentó: "Queríamos meter más balones dentro pero muchos acabaron en manos de Kobe".
Si Bryant no se luce y a Pau Gasol no se le dan balones, los Lakers quedan reducidos a muy poca cosa. Entre ambos suman un 52% de los puntos de su equipo. Los Thunder también dependen en una proporción similar de su pareja estelar, la formada por Durant y Westbrook. Pero no ocurre lo mismo en otros equipos punteros como los Cavaliers, Orlando, Boston y Utah, en los que las aportaciones de terceros, cuartos o quintos jugadores son mucho más importantes que en los Lakers.
Bynum, recién salido de una lesión, no se encuentra al 100% físicamente, Odom está lejos de erigirse en la baza sólida de otras ocasiones, Fisher tiene muchísimos problemas para defender al rapidísimo e incisivo Westbrook, autor de 27 puntos en el tercer partido, Artest se limita a su papel defensivo y se estrella con frecuencia cuando trata de brillar en ataque, Brown y Farmar sumaron sólo seis puntos entre ambos y poco más sale del banquillo de los Lakers. Phil Jackson intentará variar la estrategia a partir del cuarto partido de la serie, la próxima madrugada, de nuevo en Oklahoma.
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