El trabajo es una lotería en Alameda
El municipio malagueño sortea entre sus vecinos puestos de peones de obra
José Ignacio Salazar, de 19 años, puede decir con toda propiedad que consiguió su primer empleo en una tómbola. Este joven fue uno de los tres agraciados en el sorteo que se celebró ayer en el municipio de Alameda (Málaga, 5.500 habitantes) para adjudicar tres puestos de peón de albañil municipal durante un mes. En el salón de plenos, donde tuvo lugar la rifa, se presentaron 50 de los 164 hombres inscritos en la lista abierta por el alcalde, Juan Lorenzo Pineda, de IU. Además, se sortearon otras tres plazas de oficial, con 86 candidatos, y una de maquinista. Esta última plaza, con 12 aspirantes, tiene una duración de tres meses. "Si ponemos a tres maquinistas distintos, uno cada mes, nos quedamos sin máquina", se justifica el regidor, de 32 años.
Más de 260 personas aspiraban a los siete empleos temporales
El salón de plenos reflejaba ayer los estragos que la crisis económica está dejando en los municipios agrícolas del interior de Málaga, que vivieron años de esplendor durante el auge de la construcción en la Costa del Sol y que ahora languidecen sin remedio. Los jóvenes, casi todos en chándal y zapatillas deportivas, y los hombres de la generación de sus padres, con vaqueros anchos y camisas de cuadros, repasaban sus situaciones personales.
"Estoy esperando un niño y tengo una hipoteca que se lleva 460 de los 600 euros que cobro del paro. Además, el subsidio se me acaba la semana que viene", afirma Ernesto, de la misma quinta que el alcalde. Este hombre, sin estudios, trabajó durante nueve años en la obra en Málaga y, posteriormente, conducía el camión-hormigonera de un trabajador autónomo. "Me pagaba siempre con un mes o dos de retraso, hasta que ya no pudo pagarme más, porque el banco no le aceptaba los pagarés". Hasta hace dos semanas, Ernesto trabajó en la recogida de la aceituna durante un mes. "Ahora llevo un taco de currículos en la guantera, a ver si sale algo".
Junto a él, Antonio Rivas, de 50 años y padre de dos hijos, busca un empleo después de estar un año de baja por enfermedad. "Este hombre tenía que estar ya con una pensión", asegura el alcalde mientras dobla números que una "mano inocente" sacará de una bolsa de plástico negra de la Diputación de Málaga. "Podíamos hacerlo con un bingo de juguete, pero ningún bombo tiene bolas para tantos parados como hay aquí", sonríe el regidor.
Pineda lleva desde el inicio de la legislatura sorteando públicamente los puestos de la bolsa de empleo municipal. "También hay una bolsa para tareas de limpieza en dependencias municipales, que tiene 350 mujeres inscritas. Son ocho puestos que van rotando cada mes", cuenta el alcalde. La norma es que las personas que han conseguido un empleo temporal no pueden volver a presentarse a los sorteos, que están restringidos, además, a los habitantes empadronados en Alameda.
El alcalde busca que los puestos de trabajo en obras municipales, generalmente de mantenimiento, coincidan con las obras de menor demanda de mano de obra agrícola. "Ahora hay tres puestos de peón y otros tantos de oficial, vamos a intentar que en junio sean cinco puestos por categoría hasta que empiece la recogida de la aceituna de verdeo", alrededor del mes de octubre.
"No hay día que no venga un vecino a pedir que le demos trabajo, o que le ayudemos a pagar la factura de la luz, la hipoteca o incluso el sello del paro", afirma el alcalde Pineda, que cuenta con un presupuesto de 6,7 millones de euros para este año. En Alameda hay inscritas 21 empresas de construcción, muchas de las cuales, afirma el alcalde, sólo han trabajado en los últimos tiempos más que gracias a las obras del Plan E. "Acabada la construcción de viviendas, el 95% de las obras dependen directamente del Ayuntamiento". Pineda reclama poder contratar directamente a los trabajadores de las obras municipales del Plan E, en lugar de adjudicarlas a empresas. "Así se lograrían muchos más puestos de trabajo".
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