Emerge la Atlàntida
Vic abre mañana un nuevo complejo escénico que ha costado 30 millones
La mítica isla desaparecida de Platón en su versión teatral ha emergido en Vic (Osona) con una singular forma espiral de cubiertas desiguales y acabado reluciente de cinc que coquetean con la luz del sol, especialmente a última hora del día. Un espectacular y ambicioso edificio que ha de poner fin a ocho largos años de letargo teatral en el que se sumió la ciudad después de que la aluminosis firmara en 2002 la sentencia de muerte de la antigua Atlàntida de la calle de Sant Fidel. El nuevo complejo, bautizado como Centro de Artes Escénicas de Osona, nace con voluntad de ser el referente cultural de la Cataluña interior. Se encargarán de inaugurarlo este viernes, coincidiendo con Sant Jordi, un concierto para orquesta, corales y recitador, El cant del lloc, creado especialmente para la ocasión. También se han programado 10 días consecutivos de espectáculos para todos los públicos.
El edificio de Llinàs alberga un teatro, un auditorio y una escuela de música
La nueva Atlàntida va de más a menos o viceversa según de qué lado se mire. El edificio es imponente visto desde la ribera del río Mèder, coronado por una caja escénica de más de 30 metros de altura y la brillantez que le dan las láminas de cinc que recubren la fachada. Aquí se ubica su entrada principal, frente al futuro parque Armand Quintana. Su volumen, en cambio, se reduce a la mínima expresión a medida que va acercándose a los edificios construidos hasta desaparecer detrás de estos si se accede a él desde la calle de Torres i Bages. En este punto, un paso que emula el tramado urbano de un casco antiguo permite llegar a la plaza interior desde la que se accede a los distintos espacios que la constituyen. El complejo cultural tiene una superficie edificada de más de 10.000 metros cuadrados bajo los cuales conviven el teatro Ramon Montanyà, el auditorio Joaquim Maideu y la Escuela de Música y Conservatorio de Vic. Su padre arquitectónico es Josep Llinàs.
El entorno de la Atlàntida ha sido un factor determinante a la hora de definir sus formas. A su vez, se espera que el complejo cultural también marque el pulso de la ciudad como lo hizo en su momento la Universidad de Vic. La Atlàntida completa el acercamiento del centro histórico a los barrios orientales y se sitúa cerca del río, que, según el revisado Plan de Ordenamiento Urbanístico, ha de ser el futuro conector de Vic, eje de la cultura y los equipamientos.
Casi 30 millones de euros han hecho falta para que sea una realidad, una inversión sufragada en gran parte gracias a la venta del solar que albergaba el enfermo inmueble teatral y por los más de seis millones de euros aportados por el Gobierno español a través de los Presupuestos generales de 2009 y 2010, y del Ministerio de Cultura. La Generalitat y la Diputación de Barcelona también participan con aportaciones de 2,7 y 1,1 millones, respectivamente.
Esta gran obra no nace exenta de polémica. La designación del hermano del alcalde, Luis María Vila d'Abadal, como director de la Fundación Privada Estudis Musicals de Vic, que gestiona este equipamiento municipal, fue una de ellas. Además, diversas entidades culturales de Vic han mostrado su recelo hacia un complejo que creen que les ningunea. Este recelo también lo mostraron en su momento responsables del teatro Cirvianum de Torelló ante la postulación de la Atlàntida como Centro de Artes Escénicas de Osona. El Ayuntamiento de Vic está apagando estos conatos buscando vías de colaboración con los implicados.
El teatro Ramon Montanyà, en memoria del primer alcalde democrático de Vic, es el espacio que ha de acoger el retorno a la ciudad de obras de medio y gran formato que se perdieron cuando cerró la antigua Atlàntida. Tiene capacidad para 800 personas y puede albergar conciertos orquestrales y audiciones de música clásica y actual. Para su inauguración, se han programado, entre otros, los espectáculos teatrales Un marit ideal, Non Solum y Paganini.
La Atlántida cuenta también con un auditorio con capacidad variable de entre 274 y 384 localidades, gradas retráctiles y escenario hidráulico. Será la sala preferente de audición de música, pero su polivalencia le permitirá acoger actuaciones teatrales o de danza, conciertos y conferencias.
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