La Sala BBK recupera para la vida cultural el cine Gran Vía

La estructura se ha respetado y la taquilla, las barandillas de latón y las lámparas de cristal son las originales. El viejo cine Gran Vía, de Bilbao, renace para la vida cultural tras unas obras de rehabilitación en las que la BBK ha invertido 3,5 millones de euros. La Sala BBK, con 430 localidades y sala de exposiciones, reunirá en un sólo recinto las actividades culturales y sociales que impulsa la caja vizcaína.

A falta de los últimos toques en la decoración, la sala iniciará sus actividades el próximo mes de mayo con una conferencia del presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Julio Segura. El recinto acogerá espectáculos teatrales y musicales en su escenario, ampliado hasta una superficie de 125 metros cuadrados. Parte de la oferta, dependerá del Teatro Arriaga, gracias a un convenio de colaboración que organizará tres meses al año una programación estable de espectáculos de pequeño y mediano formato de música, teatro y danza, con especial atención a las tendencias escénicas renovadoras y a las compañías y artistas vascos.

La sala tendrá una vocación polivalente y abierta a nuevas experiencias culturales, según explicó ayer el director general de la BBK, Juan Sáenz de Buruaga. La reforma interna del local, proyectada por el arquitecto catalán Daniel Freixas, autor del Centro del Títere de Tolosa, ha primado su utilización pluridisciplinar. Un vestíbulo acristalado dará paso al patio de butacas, que conserva las molduras y el frontal del escenario tal y como eran en el cine Gran Vía.

El anfiteatro, con 130 butacas, puede quedar aislado de la planta baja con unas cortinas acústicas, para permitir su utilización independiente en actividades que requieran un espacio más reducido.

Los camerinos y otros servicios están situados en el sótano del inmueble. Los artistas dispondrán de una green room, una salita con acceso directo al escenario donde prepararse antes de presentarse ante el público.