PSC y CiU buscan, sin éxito, un pacto de "juego limpio"

El alejamiento de los ciudadanos de la política está obligando a los partidos a hacer gestos inéditos en precampaña electoral. Los responsables de campaña del PSC y de CiU, Jaume Collboni, y David Madí, respectivamente, se reunieron ayer para estudiar una suerte de pacto de "juego limpio" que evite más broncas de las estrictamente necesarias en la carrera electoral que se avecina en Cataluña. El encuentro finalizó con escasas perspectivas, ya que CiU exige al PSC que se comprometa por escrito a no gobernar si no es el partido más votado.

Madí recibió a Collboni en la sede de CiU con un documento de 10 puntos difícilmente asumible por los socialistas. Los convergentes, además de comprometerse a cumplir la ley en lo que a gastos electorales se refiere, piden a los socialistas que firmen una serie de condiciones que ya no aceptaron en la campaña de 2006: la celebración de dos debates cara a cara en televisión entre José Montilla y Artur Mas y el compromiso de que sólo podrá gobernar el partido que gane en número de votos.

Los socialistas evitaron rechazar ayer públicamente el documento de CiU y se escudaron en que Collboni quiere finalizar ahora su ronda de contactos con el resto de partidos antes de firmar ningún documento. El PSC también rechaza firmar un contrato sólo con Convergència i Unió.