El FMI receta bajadas de precios y salarios
¿Cuál es la mejor manera de ayudar a un país a superar sus dificultades financieras? Es la gran pregunta que se hacen desde finales de marzo en la mina de la deuda soberana, donde Grecia se ha convertido en el canario que va a avisar cuándo llega el nivel de intoxicación extremo. La UE ya cuenta con un plan de rescate, que incluye al Fondo Monetario Internacional (FMI), que se reúne hoy para tratar el caso griego.
El organismo financiero multilateral vuelve, bajo la presión de Alemania, a salir de nuevo al rescate de Europa, como ya hizo hace seis décadas para ayudar al Viejo Continente a cerrar las heridas de la II Guerra Mundial. El FMI emitió anoche un comunicado en el que daba la bienvenida al apoyo a Grecia recién anunciado "para salvaguardar la estabilidad financiera de la eurozona". "El FMI está preparado para unir esfuerzos, a través de un acuerdo plurianual hasta la cuantía que necesiten las autoridades griegas. Un equipo del FMI mantendrá conversaciones en Bruselas el 12 de abril con las autoridades griegas, la Comisión Europea y el BCE", continúa el comunicado.
Unas horas antes se había publicado una entrevista al semanario austriaco Profil con el director gerente del organismo, Dominique Strauss-Kahn, en la que advertía de que Grecia no tiene más remedio que adoptar medidas duras: una política de deflación, recortes salariales y rebajas en los precios. Considera que una estrategia para aumentar la competitividad en una coyuntura de endeudamiento y alto déficit sería la devaluación de la moneda. Pero "esto no es posible en el caso griego", por ser un país de la eurozona, indicó el ex ministro francés de Economía. "El único medio efectivo que queda es la deflación. Exactamente eso es lo que ha recomendado, de forma correcta, la Comisión Europea", sentenció.
El máximo responsable del FMI admitió que esa estrategia "será dolorosa". "Eso significa salarios y precios a la baja. Grecia tiene que seguir exactamente el camino inverso que ha imperado en los últimos años", explicó. Strauss-Kahn señaló que la falta de competencias estatales en la rebaja salarial, más allá de la Administración pública, hace "muy difícil poner en práctica el plan de apoyo aprobado por la UE".
La semana pasada, en plena confusión del mercado, un equipo técnico del FMI partió a Atenas para seguir la puesta en práctica del Plan de Estabilidad aprobado por la Comisión Europea. El Fondo ya está prestando "asistencia técnica" sobre el terreno a las autoridades para sanear sus finanzas públicas.
Hasta ahora, el Ejecutivo heleno hizo lo posible por evitarse la humillación de ver al FMI salir en su rescate, financiando una tercera parte de las necesidades de fondos que necesitaría para reestructurar su deuda, de unos 30.000 millones de euros. El mismo sentimiento lo tuvo el presidente del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet, que insiste en que la solución es una responsabilidad europea.
En la práctica, sin embargo, los créditos del FMI -que se conceden a un tipo menor que el de mercado- permitirían a Grecia adoptar nuevas medidas de ahorro en 2010. El FMI hizo una maniobra similar el año pasado con México. El mecanismo, más bien preventivo, tenía una estructura muy flexible, sin las condiciones que suele incluir en sus programas. La misma fórmula se siguió con Polonia, pero no hay constancia de que haya usado los fondos.
Grecia espera que el FMI le imponga condiciones a su rescate, un palo que es visto como necesario para poner sus cuentas en regla. El problema es que la intervención podría ser vista desde fuera como muestra de que en la UE y en la zona euro no existe una unión real. Y la pregunta que se hacen en el parqué es qué se dirá a Portugal, España, Italia o Irlanda si llegan a encontrarse en una situación similar a la griega.
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