"Estar en la Bolsa da visibilidad y sería un hito para la compañía"
José Luis Larrea, de 53 años, se jacta de presidir una compañía como Ibermática, que se encuentra "muy saneada" y tiene la solidez suficiente para afrontar una gran operación de compra que le permitiría dar un salto cualitativo en el mercado.
Pregunta. ¿Cómo está afectando la crisis al sector de las tecnologías de la información?
Respuesta. En 2008 se notó la crisis, aunque el sector creció en torno al 2%. En cambio, el año pasado la caída fue del 8%. Estamos sufriendo la crisis, pero en comparación con otros sectores la bajada no es tan acusada.
P. ¿Están en peligro proyectos empresariales relevantes?
R. Se nota que los proyectos nuevos están más parados.
P. ¿Qué mensaje cabe lanzar ante las dudas del sector?
"Facturamos 240 millones y queremos llegar en tres años a 260 millones"
R. Las empresas de tecnologías de la información son un facilitador de los nuevos escenarios y de la competitividad. Hoy es más necesario que nunca diferenciarse de la competencia. Un elemento clave para distinguirse de la competencia es la aplicación de la tecnología. Hay que resistir la situación de crisis, pero al mismo tiempo mirar al día después. Las empresas se encuentran en una situación paradójica, puesto que deben atender lo urgente sin olvidar el futuro. Y con vistas al futuro, este tipo de tecnología de la información y la innovación desempeñan un papel clave.
P. Los ministros europeos de Ciencia consideran que el conocimiento será crucial en el combate contra la crisis.
R. España ya no puede competir por costes laborales bajos. La estrategia actual pasa por la máxima calidad del producto y por la diferenciación. A eso se le llama innovación, tanto en el producto como en los métodos de fabricación, en los modelos organizativos, el marketing, la distribución, el diseño, los planes de negocio... Éste es el reto de las empresas: sabemos que más importante que lo que hacemos es hacerlo de forma diferente. Ahí es donde las organizaciones tenemos un reto irresuelto. En general estamos organizados de forma clásica, jerárquica y funcional. Las empresas deben introducir la gestión del conocimiento en sus organizaciones, esto es, aprovechar el capital del conocimiento de sus empleados.
P. ¿No ocurre que en momentos de apretarse el cinturón, las empresas están prescindiendo de la clave tecnológica y del conocimiento?
R. El riesgo es natural. El primer reflejo lleva a cortar los proyectos de desarrollo de tecnología. El problema es que de esa forma se consiguen dos o tres años de vida, pero al cabo de ese tiempo la empresa estará desposicionada. Es normal que lo urgente desplace a lo importante.
P. ¿Cómo juzga la respuesta que están dando las administraciones para ayudar a las empresas a resistir esta situación?
R. Las respuestas siempre serán limitadas. Las empresas no podemos sacar pecho cuando las cosas van bien y mirar al Estado cuando se tuercen. Las instituciones han actuado muy bien al arreglar el desaguisado del sistema financiero y también al promover medidas concretas. Pero tan importante como las medidas que se han tomado es el grado de cierre de filas que se consigue en un país en torno a esas decisiones públicas. Lo más relevante es que haya unos acuerdos básicos entre todos, dejando pelos en la gatera, y se pongan a remar en la misma dirección.
P. Colaboración a varias bandas.
R. Colaboración interinstitucional y con el sector privado, entre sindicatos y empresarios, entre partidos políticos, entre universidad y empresa... El mayor obstáculo para salir rápido de la crisis es la falta de cooperación. Eso es lo que no se está haciendo.
P. ¿Cuáles son los principales objetivos que se marca Ibermática en su nuevo plan estratégico?
R. Partimos de una facturación de 240 millones de euros y queremos llegar a los 260 millones en tres años. Eso significaría consolidar nuestra posición. Nuestro beneficio ronda los siete millones y esperamos crecer alrededor del 10% cada año hasta 2012. La crisis nos ha llegado en una situación económico-financiera muy saneada, sin endeudamiento. En estos tres próximos años tenemos que ser capaces de liderar una operación de compra interesante. El sector de las tecnologías de la información en España está necesitado de un proceso de integración de compañías medianas y pequeñas. Por trayectoria, cultura empresarial y accionariado, vamos a apretar para ser protagonistas en ese proceso de reestructuración.
P. ¿Por qué no han consumado en los tres años anteriores ninguna adquisición?
R. Nos hemos encontrado con que el sector estaba sobrevalorado y, de otra parte, el criterio de prudencia en momentos de crisis nos ha aconsejado no comprar nada. Nuestra compañía valora mucho la solidez del proyecto empresarial y es muy poco especulativa. Esto, que no se pudo materializar en su momento, se ha convertido ahora en un elemento prioritario.
P. Dénos una pista.
R. Nuestro crecimiento nunca será a cualquier precio. No se trata de hacer una operación para salir a Bolsa. Ahora no tenemos tamaño suficiente para estar en el mercado de valores. Si damos ese paso, no será un objetivo en sí mismo, sino la consecuencia de la solidez y la sostenibilidad del proyecto. No podemos ocultar que sería un hito.
P. ¿De qué depende la salida a Bolsa?
R. Si alcanzamos el doble de nuestro tamaño actual, sería el momento adecuado para que los accionistas aprueben la salida a Bolsa con un paquete concreto [de acciones]. Para una empresa como la nuestra, la Bolsa da visibilidad a la marca y eso es ventajoso. También sería un síntoma de madurez y facilitaría operaciones financieras, aunque ahora no sea nuestro problema. Tiene elementos negativos, porque introduce un factor especulativo sobre la gestión que a veces puede generar tensiones en el desarrollo de los proyectos empresariales. Pero, en definitiva, es un buen instrumento. -
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