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Columna
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Dulce tolerancia cero

Si lo que ha ocurrido después de la publicación del sumario Gürtel es tolerancia cero contra la corrupción, no quiero ni pensar qué será la comprensión o la tolerancia de grado uno.

Tras meses de negociaciones, de presiones y de acuerdos, el PP ha expresado su decidida tolerancia cero -ni frío ni calor- a través de un comunicado en el que, literalmente, hace "un reconocimiento público a la magnífica gestión" que Barcenas ha desarrollado en estos años al tiempo que hace patente su "agradecimiento a la lealtad que ha demostrado al partido y a sus dirigentes". Durante sus años de "magnífica gestión", el tesorero del PP -a juzgar por las imputaciones- se ha enriquecido de forma espectacular y su colaboración ha sido imprescindible para el robo de millones de euros de los contribuyentes. Pero el PP afirma que están convencidos de que "demostrará su inocencia frente a las falsas imputaciones de las que ha venido siendo objeto". O lo que es lo mismo, que hay una maquinaria judicial que ha inventado un puñado de delitos con el solo objeto de dañar al Partido Popular.

Días antes el presidente del PP andaluz se había pronunciado en similares términos, calificando el trabajo de Barcenas de "extraordinario" y suministrando al ex tesorero una red de comprensión para su inminente caída. En política es bastante fácil distinguir las declaraciones apresuradas o las simples meteduras de pata, de aquellas otras meditadas y absolutamente intencionadas. Arenas no es -como se esfuerza en aparentar-, sólo el candidato a la presidencia de la Junta de Andalucía, sino un personajes clave del Partido Popular, nexo de unión entre la actual dirección y la etapa de Aznar. Por tanto, cuando realiza estas declaraciones, a sabiendas de que serán socialmente incomprensibles, está fijando el terreno de juego y enviando un mensaje tranquilizador a la parte más poderosa de los imputados en la trama Gürtel: "You?ll never walk alone".

Mientras, este fin de semana, un Rajoy zombi pasea su triste figura por el Guadalquivir de los olvidos. Como propuesta estrella ha venido a presentar una modificación del Código Penal -y de la propia Constitución- para introducir una cadena perpetua a la carta. Dice contar con el apoyo de un millón seiscientas mil firmas. ¡Qué pena que los delincuentes de postín, los de las cuentas secretas en las Islas Caimán -sobre todo si son afines-, sólo le produzcan un gesto de fastidiosa melancolía!

Pero, puestos a pedir el apoyo ciudadano, millones de personas firmarían por el endurecimiento del castigo a los que en vez de administrar los bienes públicos con honradez, roban a manos llenas el dinero público y multiplican su patrimonio; a los que se compran yates, vacaciones exóticas y cuadros de firmas con el dinero de los hospitales y las escuelas. Millones de firmas avalarían el fin de la impunidad del robo político, de una inmunidad parlamentaria que nació para proteger a los parlamentarios de los poderes militares o económicos y hoy se ha convertido en coartada de los ladrones y extorsionadores de las cuentas públicas. Pero nada se habló de esto, ni de responsabilidades políticas, ni de devolución del botín.

Aznar esperaba frente a la Torre del Oro para hacerse la foto de la reconquista. Quedó algo descolorida, como las imágenes antiguas, por una simple cuestión de calendario. El presidente de la FAES ha pedido a Rajoy que sea implacable contra los corruptos que él encumbró y el interpelado ha anunciado que "el nivel de exigencia del PP será muy elevado y que si alguien incurre en prácticas corruptas actuará como hasta la fecha". Así que tiemblen los imputados: recibirán una amonestación tardía y cariñosa, buenos deseos, y una retirada negociada del carnet del partido. Y, todos juntos, se fotografiaron en la ribera del Guadalquivir, viendo los barcos venir.

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