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La rentabilidad se esfuma en el negocio del viento

La restricción de las primas y las fuertes inversiones ponen a prueba el nuevo concurso eólico

Grandes y pequeños del sector eólico gallego echan cuentas y los números no salen. El nuevo concurso de la Consellería de Economía e Industria, con idénticos megavatios de potencia a adjudicar que el promovido por el bipartito, tiene sustanciales diferencias más allá del modelo que ha seguido el conselleiro Javier Guerra: una misma convocatoria que valora sobre todo las inversiones complementarias. La orden que abre el proceso de tres meses para presentar solicitudes depara algunas sorpresas y abre muchas incógnitas. Una de ellas reside en el precio que recibirán los adjudicatarios por el megavatio que producirán el millar largo de aerogeneradores (2.325 megavatios) a repartir.

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"Nadie sabe lo que vamos a cobrar si se tiene en cuenta que el registro de preasignaciones está cerrado hasta 2013, y las primas admitidas hasta ahora (equivalentes a unos 140 megavatios) no cubren ni de lejos el desarrollo actual, mucho menos con nuevas adjudicaciones", aseguran en el sector. Y es que la creación del filtro por el que se concederán subvenciones a la energía producida por los futuros aerogeneradores corresponde al Ministerio de Industria, "y son precisamente las primas lo que hace rentables las inversiones", explican. La Xunta ha recurrido ante el Supremo la decisión del Consejo de Ministros por el que se reparten las ayudas a las energías renovables y se crea ese cupo para evitar la burbuja de los últimos años, pero las cartas parecen echadas y no son nada buenas.

Hay una gran diferencia entre cobrar primas y producir de forma convencional. De acuerdo con datos de las propias patronales eólicas, el precio medio de la energía primada está entre 60 y 70 euros por megavatio producido. Sin subvenciones, ese precio medio diario cae hasta los 15 euros por megavatio.

Sobre este tapete, el atractivo del nuevo concurso eólico semeja mucho menor que el del convocado por el bipartido (hubo peticiones por más de 20.000 megavatios), a lo que se añaden unos requisitos de inversión que también ponen las cosas más difíciles. La Xunta quiere aplicar un baremo de inversiones complementarias con un criterio muy sencillo: millón de euros para los planes industriales por cada megavatio adjudicado. "Si tenemos en cuenta que el coste de instalar un megavatio se cifra de media en 1,2 millones, los planteamientos de Economía nos llevan a una inversión total de 2,2 millones, prácticamente el doble", advierten.

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En este nuevo concurso también hay hueco para el optimismo, al menos en cuanto a los criterios de valoración para puntuar cada oferta, muy detallados en la orden de Economía. "El hecho de que se objetiven de una forma clara los puntos y los criterios que se siguen a través de diversos coeficientes da ciertas garantías", explican desde el sector.

Precisamente son los criterios establecidos para puntuar las ofertas lo que ha generado sorpresas. Para propiciar que los aerogeneradores sean los más competitivos del mercado, se puntuarán con la máxima calificación las máquinas de cuatro megavatios de potencia. Actualmente esas máquinas sólo se encuentran en fase experimental. ¿Estará pensando Javier Guerra en unos potentes molinos pero que comenzarán a girar mucho más allá del 2013?

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