La zaga se lesiona, el ataque se luce
Las bajas se han cebado en los defensores de un Valencia muy ofensivo
El Valencia es un equipo tan dividido en dos, entre protagonistas y secundarios, entre atacantes y defensores, entre reinas y obreras, que hasta las lesiones se han cebado en una de las dos partes: la más débil. En los últimos dos meses, todos los zagueros menos uno, Maduro, han caído lesionados en una cascada inexorable: Bruno, Alexis, Matthieu, David Navarro y, el pasado domingo ante Osasuna, Dealbert. También el mediocentro defensivo, Albelda. De manera que se ha acentuado el carácter ofensivo del equipo (el 4-4 de Bremen y el 2-2 de la ida ante el Atlético lo confirman) al tiempo que el técnico, Unai Emery, ha tenido que improvisar una defensa tras otra.
La última, esta noche en el Calderón, la formarán Alexis, por primera vez de lateral derecho, Maduro y Navarro (recuperado por los pelos), y Jordi Alba (extremo izquierdo reconvertido en lateral). También Albelda vuelve a la convocatoria, aunque lo más probable es que Fernandes y Baraja conserven la titularidad de la ida. Unos 1.300 valencianistas siguen esta noche a su equipo.
Emery recupera por los pelos a David Navarro para formar otra defensa inédita
Fenómeno irracional, el de las lesiones concentradas en la zaga, para el que el preparador físico del Valencia, el prestigioso Pako Aiestaran, trató de encontrar ayer una explicación: "El Valencia juega tanto al ataque que obliga a los defensas a un sobreesfuerzo para que el equipo no se alargue demasiado". Sobreesfuerzo incrementado por el gran número de expulsiones de las últimas jornadas, recordó Aiestaran.
Es el pago de una propuesta ambiciosa de Emery, pero también de las características de los atacantes, Pablo y Joaquín por la derecha, Mata por la izquierda, Silva como segundo punta, y Villa de delantero. Cuatro talentos desbocados con escaso instinto defensivo. Tampoco lo tiene Jordi Alba, por mucho que lo esté intentando despertar en las últimas jornadas.
"Tengo que aprender a moverme, a colocarme y a defender", explica por teléfono Alba, que tuvo como ídolo a Stoichkov tras pasar siete años en la escuela del Barça. Allí fue rechazado por "bajito", según confiesa, "una excusa" como otra cualquiera en el club que dio salida a Messi, Xavi o Iniesta. "Soy bajito, soy bajito, pero no tanto como dice la página web del club. Mido 1,69 o 1,70 metros", matiza el rapidísimo jugador catalán, de 21 años, el curso pasado cedido en el Nàstic de Tarragona, donde destacó por su habilidad para el desborde tanto de extremo derecho como izquierdo. Confinado hoy al lateral, Alba es otro espíritu libre preparado para asaltar esta noche el Calderón.
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