Enrique Touriño expone su visión personal de la naturaleza

El Centro Social Caixanova de Vigo acoge, hasta el próximo 11 de abril, la primera exposición individual del fotógrafo Enrique Touriño (Vigo, 1957). Profesional de la imagen desde 1975, el trabajo de Touriño era conocido hasta ahora por sus instantáneas en el campo de la publicidad y colaboraciones con empresas privadas y públicas, facetas que ha compatibilizado con los ámbitos patrimonial y arqueológico, la reproducción museística y artística y la fotografía aérea.

De formación autodidacta y multidisciplinar, la trayectoria de Touriño ha obtenido el reconocimiento de corporaciones especializadas como Apple y Canon. Estas distinciones, unidas a su capacitación y valía profesional, han labrado una carrera de prestigio en el sector. Más allá de sus ocupaciones acreditadas, las 26 fotografías que conforman la serie Terra Incognita desvelan otro tipo de mirada, exclusivamente teñida de blanco y negro, centrada en la naturaleza y atenta a los cambios de luz, creadores de atmósferas proclives a la ensoñación. Además de encontrar la inspiración en el medio natural, el fotógrafo cultiva otras series, de temperamento surrealista, que surgen cuando aparca los rigores de sus compromisos laborales. Ahora que ya ha roto su silencio, quizá no haya que aguardar otros 35 años para que sus obras más personales vean la luz.

Para expresar estas emociones, Touriño se ha despojado de los artificios técnicos que suelen acompañar a los proyectos que realiza por encargo para lograr acabados perfectos. "Es algo diferente de mi trabajo cotidiano, en el que hay que echar mano de filtros y Photoshop; artificios que acaban convirtiéndose en protagonistas en detrimento de las fotos en sí mismas. Eso motiva que acabe echando de menos esa foto tradicional que te lleva al sitio", se explica este admirador de clásicos como Ansel Adams, Cartier-Bresson, Richard Avedon, Helmut Newton o Robert Doisneau. Y tanto que lo hace: cada instantánea está georreferenciada, de modo que los visitantes más interesados pueden localizar los rincones fotografiados llevados por la exactitud de sus coordenadas y repetir los pasos del fotógrafo, puesto que se trata de enclaves naturales ubicados en el cinturón verde de Vigo.

Llevado por esta praxis azarosa, el año pasado reunió 2.000 fotos que "surgieron por el camino". El rótulo Terra Incognita alude a la capacidad de sorpresa de estos parajes, accesibles, solitarios y dueños de una belleza inesperada "a 30 minutos de casa". "No hace falta irse lejos para contemplar imágenes insólitas en la naturaleza: todo esto está aquí al lado y es gratis". Para estrechar más la comunicación con el espectador, Touriño escogió un papel fotográfico, confeccionado con algodón, que "a la gente le encanta tocar porque también provoca sensaciones".