Zancada de padre, genio de abuelo
Ex jugadores del Madrid analizan el debut del nieto de Marquitos e hijo de Marcos Alonso
Marcos Alonso tenía seis meses cuando su padre colgó las botas. No le vio jugar. "Pero sí he visto vídeos y recuerdo el gol que le marcó al Madrid en el último minuto en una final de Copa del Rey [contra el Barça cuando Schuster lo celebró con un corte de mangas a sus rivales]". Lo cuenta 24 horas después de haber debutado con la camiseta blanca. La misma que vistió su abuelo entre 1954 y 1962 y la de los dos eternos rivales que vistió su padre. Marcos Alonso tiene 19 años, es hijo y nieto de futbolistas. Su abuelo, Marquitos, marcó una época en el Madrid de Di Stefano y Puskas que ganó cinco Copas de Europa. Su padre, Marcos Alonso, jugó en el Barcelona, en el Atlético y también en el Racing, donde empezó y terminó su carrera. Nunca antes se habían juntado tres generaciones de futbolistas. El menor de la saga creció rodeado de balones: "En mi casa no había otra cosa, en las comidas de navidad y Reyes sólo se hablaba de fútbol", dice. Siempre quiso ser futbolista.
"Tiene que madurar defensivamente y lo hará. Tiene mucho futuro", dice Pardeza
Debutó el domingo en el Nuevo Sardinero -"he podido dormir porque llegamos tan tarde que estaba muerto", confiesa-. Santander es la ciudad donde nacieron su abuelo y su padre. Ninguno de los dos pudo ver en la grada los dos minutos que disputó el joven lateral. "Mi abuelo acaba de salir del hospital y está tan malito que casi no puede hablar pero la abuela me ha dicho que le ha hecho mucha ilusión. Mi padre no ha podido viajar por un problema de estómago pero lo primero que hice al salir del estadio fue llamarlo", cuenta. Su padre, que fue internacional con España, le dijo que había dado "un paso importante" y que ahora hay que ir a por el siguiente: mantenerse arriba. "Mi padre siempre me advierte que nadie me regalará nada. Pero que si valgo, con el trabajo llegará la recompensa". El abuelo, en cambio, es más de anécdotas que de consejos. Compartía zaga con Santamaría y Pachin. "El abuelo siempre me contaba que ellos robaban el balón y pelotazo arriba a buscar a Di Stefano y Puskas que se encargaban del resto", recuerda ahora.
Pachin vio nacer a Marcos padre y Marcos nieto. Es cántabro como el abuelo y son íntimos. El domingo vio el debut del joven por la tele. "Marquitos y yo éramos uña y carne", cuenta al otro lado del teléfono el histórico jugador del Madrid. "Marquitos era un defensa del Norte, no muy técnico pero con un talento natural en la anticipación. Veía la jugada mucho antes que el rival. Marcos Alonso es más técnico, tiene un físico extraordinario y es un futbolista más moderno. Es introvertido y en eso no se parece en nada al abuelo, que no es que fuera más abierto... ¡Es que era una puerta abierta!", se ríe. "Yo a Marcos le prefiero de extremo", añade. Marcos nieto de hecho empezó como extremo. Fue Juan Vicente Peinado, ahora en el Villarreal, que le convirtió en lateral en el Juvenil B. "Es fuerte físicamente, potente, con amplitud de zancada, tiene buen golpeo de balón en corto y en largo. Con esa zancada y esas características, de extremo le costaba desbordar, y me dijo que sí", explica Peinado.
Y ahí está. Es lateral y es zurdo. Condiciones que escasean. "Tiene que madurar defensivamente y lo hará. Es un jugador con mucho futuro, le pega bien, centra bien y entiende muy bien el juego", le define Miguel Pardeza. "Me recuerda a su padre en la forma de correr, aunque él era más pequeñito y le daba bien con las dos piernas", continúa el director de fútbol del Madrid. "Se parecen en el toque de balón pero el padre era más rápido y directo", matiza Pepe Fernández, que le entrenó en el alevín A del Adarve donde jugó en 2001 antes de recalar en el Madrid. "Tenía un guante en la pierna izquierda, ganaba con extrema facilidad el espacio, a balón parado era un cañón y tenía una enorme flexibilidad de tobillo. Sus córners iban a puerta con 11 añitos", recuerda.
Pepe Santamaría, histórico central del Madrid y compañero del abuelo de Marcos, también vio por la tele el estreno del nieto. "Es un aliciente para el futuro. El abuelo, sin ser violento, era un defensa duro. El chico toca el balón con mucha más calidad. Con que herede el empuje y la mentalidad ganadora del abuelo le vale...", asegura. "Mi padre era más frío, yo me parezco más al abuelo, tenía mucho temperamento", dice Marcos. El abuelo llevaba Marquitos en el dorsal, el padre, Marcos Alonso y el nieto ha elegido Marcos A "para llevar la contraria". Sobre si ha heredado la mentalidad ganadora del abuelo como le desea Santamaría no hay dudas. Cuando se le pregunta qué es lo que más te gusta del fútbol, contesta: "Ganar".
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