_
_
_
_
Reportaje:LIGA DE CAMPEONES | Ida de los cuartos

Mourinho no perdona

El técnico del Inter castiga a Balotelli, un rebelde en alza, por no disculparse por su comportamiento

Eleonora Giovio

José Mourinho quedó fascinado por Mario Balotelli cuando se sentó en el banquillo del Inter. Por un carácter "que le hace perder el respeto a cualquiera". Al técnico portugués, provocador donde los haya, le gustaba esa actitud tan irreverente del delantero, de 19 años. Ya no. Ha dejado de gustarle hace tres semanas, cuando los desacuerdos entre ambos -por temas de sustituciones y bajo rendimiento, entre otras cosas- se tradujeron en enfrentamientos en el vestuario. Mourinho no ha dado ninguna explicación. Simplemente, ha exigido a Supermario -así le apodan- que pida disculpas por haberle faltado el respeto. Y el gigantón del equipo (mide 1,88 metros) no se las ha dado. "No soy un estúpido. Si no, habría pedido disculpas hace tiempo. No lo hago porque tengo razón", declaró ayer Balotelli. Para más enfado de Mourinho, hace dos semanas el jugador posó con la camiseta del Milan en un programa televisivo. Hasta el presidente, Massimo Moratti, ha intentado mediar. Pero en las reuniones mantenidas en los últimos días no ha habido fumata blanca. Balotelli no entra en los planes del portugués. Se entrena con el grupo, pero está castigado: lleva cinco partidos sin ir convocado y esta noche no estará ante el CSKA.

"No pido disculpas porque tengo razón", dice el jugador, seis partidos castigado
Nacido en Palermo y de familia ghanesa, fue adoptado y recibe insultos racistas
"No admite reglas. Piensa que es el mejor", dicen sus ex técnicos
Hace apenas tres años jugaba en campos de barro y ganaba 1.500 euros

"Mou se desespera cuando ve que hay jugadores que crean malestar... Irá para largo porque se chocan dos tipos muy orgullosos", dice una persona que lleva 20 años en el Inter y que prefiere mantener el anonimato. Y añade: "Mario no admite reglas, no acepta la disciplina, piensa que es el mejor y que puede gestionarse solo". "Personalidad, ganas de protagonismo y chulería" siempre ha tenido. Es lo que sostienen los técnicos que le han entrenado en categorías inferiores y lo achacan a la infancia que tuvo.

Balotelli, que ha sufrido las iras racistas del calcio y de sus propios hinchas, nació en Palermo en una familia de origen ghanés que no pudo hacerse cargo de él. Pasó un año en un hospital antes de ser adoptado por una de Brescia. "Ha sufrido mucho y por eso reacciona así", dice Massimo Boninsegna, que le tuvo dos años en el Lumezzane, su primer equipo. "Era colegio y fútbol. Siempre llegaba el primero", afirma.

"Mario es así de exuberante. No tiene término medio. No mide las provocaciones. Le salen de forma natural porque se desvincula de todos los contextos. Para él, discutir en el vestuario es como hacerlo en el patio de casa. Tirar un penalti en San Siro es como tirarlo en el campo de fútbol de la iglesia. Esa es su fuerza. Es un patrimonio que hay que tutelar", explica Vincenzo Esposito, su primer técnico en el Inter. "Llegó en cadetes y a los seis meses le subimos de categoría porque su nivel era demasiado alto", cuenta. También fue su técnico en el filial. Todavía recuerda cuando le hizo debutar en un derbi: "Le llevaban dos años y tardó un minuto en dejar claro quién era el líder".

Balotelli fichó por el Inter con 16 años. Hizo varias pruebas en otros equipos, incluso en el Barça, pero nadie le quiso fichar. Los responsables de las categorías inferiores del Inter aseguran que "asumieron el riesgo" a sabiendas de los informes sobre el carácter del jugador. Dicen que por aquel entonces "ya era un bullo [chulo] y que ejercía de capobranco [jefe de la manada]".

"La madre naturaleza se lo ha dado todo: habilidades técnicas y un físico extraordinario", contó Piero Ausilio, quien le fichó, el día que Mario debutó con el primer equipo, en febrero de 2007. "Es un talento natural. Ha habido que pulirlo únicamente en el carácter. Siempre ha querido ser el protagonista, pero no es lo mismo tener esa actitud en el filial que en el primer equipo. Con 19 años, lo que debes hacer es integrarte respetando las jerarquías. No vale con ser bueno. Hay que saber leer los códigos del fútbol", explica Esposito.

Es lo que le intentó enseñar Boninsegna en el Lumezzane. "Llegó con 14 años y el presidente Chinelli le subió de categoría porque a los técnicos del infantil les costaba domarlo. Yo le decía que para ser líder no valía con la calidad, que tenía que ganarse a sus compañeros con gestos dentro y fuera del campo", explica Boninsegna, quien cree que Mourinho no sabe llevar a Balotelli; "Mancini, sí. Le trataba como a un hijo. Mourinho no puede tratar a Mario como un profesional porque hace sólo tres años jugaba en campos de tierra y barro y ganaba 1.500 euros. Le ha venido encima un tsunami y debería ser comprensivo". Hace 10 días en San Siro se vio esta pancarta entre los ultras: "A un vestuario unido y fuerte como nunca no le queda otra que alejar a aquel que mete cizaña y trae problemas".

José Mourinho y Balotelli, ayer en el entrenamiento.
José Mourinho y Balotelli, ayer en el entrenamiento.ASSOCIATED PRESS

45 años sin 'orejona'

La historia de amor entre el Inter y la Copa de Europa empezó en 1964 y terminó en 1965. De la mano de Helenio Herrera, los neroazzurri consiguieron sus dos primeras y únicas coronas europeas. Dos Copas de Europa, la también conocida orejona, y seguidas. Contra el Madrid y contra el Benfica. Pero de eso ya hace 45 años, cuando las fotos eran en blanco y negro.

Hoy, el Inter se enfrenta al CSKA de Moscú en cuartos en San Siro. Es un rival, sobre el papel, asequible para llegar a las semifinales. Algo que el equipo lombardo no consigue desde hace siete años. Fue en el curso 2002-03 y perdió contra el Milan. A partir de ahí, la nada. Y eso que Massimo Moratti, petrolero millonario y dueño del club, se ha gastado unos 800 millones de euros en 150 futbolistas en los últimos 15 años. No han sido suficientes. Al Inter (con tres Copas de la UEFA y dos Intercontinentales en su palmarés) siempre le ha faltado personalidad para competir en Europa. Sandro Mazzola (levantó las dos Copas de Europa con su zamarra) dijo en más de una ocasión que era como competir contra un fantasma.

El Inter sólo ha disputado cuatro finales de la Champions. La última, en 1972 contra el Ajax, y la anterior, en 1967 contra el Celtic: 38 años sin alcanzarla son una eternidad. Más: ha llegado a las semifinales sólo dos veces: 1980-81 y 2002-03. Hoy empieza la lucha contra sus fantasmas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Eleonora Giovio
Es redactora de sociedad especializada en abusos e igualdad. En su paso por la sección de deportes ha cubierto, entre otras cosas, dos Juegos Olímpicos. Ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS; ha sido colaboradora de Onda Cero y TVE. Licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Bolonia y Máster de EL PAÍS.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_