El SAS paga 105.000 euros a la familia de una joven que murió por un error
El Servicio Andaluz de Salud indemnizará con 105.711 euros a los padres de una joven de 22 años que falleció en 2006 en el servicio de Urgencias del Hospital Universitario de Puerto Real (Cádiz), donde recibió un "defectuoso tratamiento médico" porque no se le practicaron las suficientes pruebas diagnósticas.
Según la asociación Defensor del Paciente, la joven acudió al servicio de Urgencias del hospital gaditano el 30 de agosto de 2006 aquejada de un dolor torácico a nivel de los hombros, sin fiebre y con tos tipo irritativa.
Los facultativos le practicaron diversas pruebas sin localizar el origen del dolor, incluido un TAC helicoidal (una prueba con elevada sensibilidad y especificidad para detectar trombos en las arterias centrales y segmentarias) que tuvo que suspenderse porque la paciente se asfixiaba al tener los brazos en la nuca.
En la madrugada del día 31, el internista le dio el alta "con diagnóstico de dolor osteomuscular con contractura muscular y ansiedad", lo que fue un "craso error", según la asociación.
El dictamen pericial del servicio de aseguramiento y riesgos encargado por el propio SAS ha establecido que los médicos debieron haber practicado una gasometría arterial y una ganmagrafía pulmonar, dos pruebas indicadas en casos de dolor torácico. Esta última es la prueba diagnóstica ante la sospecha de un posible embolismo pulmonar, causa por la que la paciente falleció.
En su resolución, el SAS concluye que puede establecerse la existencia "de una relación de causalidad" entre el fallecimiento de la joven y la falta de realización de las pruebas diagnósticas.
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