El triunfo de la ilusión
El Xerez arrolla a un Valladolid desquiciado y sin gol
Cuando Gorosito debutó en el banquillo del Xerez, el pasado 24 de enero, el equipo andaluz cayó ante Osasuna (1-2) y se colocó a siete puntos de la salvación. Justo después de empatar en casa contra el Espanyol, tocó fondo al situarse a 12 de la permanencia. Eso fue hace sólo seis jornadas. Entonces, ni el más optimista de los aficionados del equipo soñaba con que se mantuviera en la élite. En esos momentos, una única voz surgió para defender la dignidad de un plantel que, lejos de tirar la toalla, se rebeló contra su sino. Fue la del propio Gorosito.
Es posible que la reacción haya llegado demasiado tarde, pero nadie puede quitarle ahora la ilusión a un Xerez que, de nuevo, vislumbra la salvación, a siete puntos, cuando quedan nueve partidos para que todo concluya. Ayer pasó por encima de un Valladolid con olor a cadáver.
XEREZ 3 - VALLADOLID 0
Xerez: Renan; Redondo, Aythami, Gioda, Casado; Orellana, Keita, Víctor Sánchez, Momo (Armenteros, m. 64); Míchel (Carlos Calvo, m. 72) y Bermejo (Alustiza, m. 77). No utilizados: Toni; Bergantiños, Moreno y Viqueira
Valladolid: Justo Villar; Pedro López (Keko, m. 61), Sereno, César Arzo, Del Horno; Borja, Pelé (Medunjanin, m. 46); Nauzet Alemán, Canobbio, Marquitos (Bueno, m. 61); y Manucho. No utilizados: Fabricio; Marcos, Nivaldo y Font.
Goles: 1-0. M. 2. Víctor Sánchez. 2-0. M. 35. Míchel. 3-0. M. 71. Bermejo, de penalti.
Árbitro: Pérez Burrull. Expulsó (m. 70) a J. Villar. Amonestó a Pelé, Sereno, Bermejo, Redondo, C. Arzo y Nauzet.
Unos 12.000 espectadores en Chapín.
Esas constantes vitales que alimentan las esperanzas del Xerez no se observan en el cuadro castellano. Sin Diego Costa, apenas ofrece síntomas de peligro con un juego demasiado plano, aunque lo que resulta realmente deprimente es que salga a jugar un partido vital con unas lagunas de concentración tan evidentes. A los dos minutos, Orellana se internó con facilidad para asistir a Víctor Sánchez y 33 después Míchel remató a la puerta de Justo Villar sin oposición.
Para el análisis queda también un segundo tiempo propio de un equipo cadavérico.Una táctica suicida con el 2-0 propició la expulsión del guardameta, Justo Villar, con los tres cambios ya realizados. Bermejo anotó el penalti y el partido se convirtió en un circo. Esa imagen del conjunto castellano sólo puede invitar al desánimo. Todo lo contrario que la de ese Xerez hecho equipo por Gorosito, con ganas, más que nunca, de demostrar que los milagros son posibles.
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