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Entrevista:VALÉRY GISCARD D'ESTAING | Ex presidente de Francia y escritor

"No hay verdadero amor sin celos"

Pregunta.

La princesa y el presidente. ¿Insiste en que es ficción o va a confesar de una vez?

Respuesta. Confesaría si fuera verdad. No confieso porque es ficción. Es una novela en la que se dan parecidos con personas reales , pero también diferencias.

P. Debajo de un señor tan puesto como usted, ¿cómo hay tanta pasión desbocada?

R. Es una pasión, pero bastante dominada. Y una pasión que evita el drama. Deseché un final dramático porque la desgraciada princesa de Gales terminó su vida de forma dramática.

P. Coge la mano a la princesa por debajo del mantel ya en la página 39. Es usted un campeón.

R. Saqué la escena de una célebre novela francesa, La cortina carmesí, pero en ella es la mujer la que coge la mano del hombre.

Más información
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La promesa cumplida de Giscard a Lady Di

P. A sus años, se pone muy erótico.

R. Es que no pongo edad al protagonista. Creo que tendrá unos 55 años, edad en la que los hombres están extremadamente activos y son capaces de esas pasiones amorosas.

P. ¿Se le fue por ahí la fantasía porque su señora es un poco sota y estricta?

R. No creo que tenga que ver. Ella es extremadamente elegante, la más elegante de las presidentas que ha tenido Francia. Ha tenido una infancia difícil, y por eso es reservada.

P. Tras Lady Di, ¿lo intentará con Carla Bruni?

R. No. He parado de escribir sobre este tema [ríe]. Ahora empezaré con otros.

P. ¿Iba por el Elíseo rompiendo corazones o sólo lo hacía fuera del despacho?

R. En el Elíseo, no. Son funciones incompatibles con un comportamiento libertino. Fuera de allí, es la vida, y la vida es como es para unos y otros.

P. En la novela se carga a la reina Isabel II y al príncipe de Gales. ¿Tan celoso es usted?

R. No. Pero no considero que los celos sean un defecto. No hay verdadero amor sin celos.

P. Siempre le gustó el rey Juan Carlos. ¿Hubiera querido ser Valéry XIV, o Valéry Sol?

R. En absoluto [ríe]. Como a De Gaulle, me gusta la legitimidad de la confianza popular, no la de un derecho hereditario o de otro tipo.

P. De cero a diez, ¿cómo anda usted de grandeur?

R. Ocho.

P. ¿Francia es el ombligo del mundo?

R. Fue el ombligo del mundo en el siglo XVII. Ahora, c'est fini. Es un país importante de dimensión media y sólo podemos destacar por la calidad y la excelencia.

P. "La política es alta cocina". ¿Qué salsa cree que usa Zapatero?

R. Una salsa ligada. Admiré mucho la transición española. Cómo un país que había conocido un desgarramiento cruel lo curaba. Y deseo que siga así. Por lo tanto, Zapatero es una salsa ligada.

P. ¿Y usted qué salsa prefiere?

R. ¿Yo? Picante.

P. Es inmortal, como miembro de la Academia Francesa. Qué pereza no morirse, ¿no?

R. Es una inmortalidad relativa, porque cada vez que uno es elegido para la Academia reemplaza a alguien que se ha muerto. Un inmortal reemplaza a un mortal.

P. ¿Preferiría ser Napoleón o Churchill?

R. Napoleón, a gran distancia. Churchill era un guerrero en política, mientras que Napoleón era una especie de genio universal. Un gran jefe militar y muy activo en los problemas sociales.

P. Chirac le llama fatuo y soberbio. ¿No tiene más defectos?

R. Tengo defectos, pero no soy presuntuoso. Y nos conocemos un poco. Salvo algún caso especial, no me considero superior a nadie. Ni inferior.

P. ¿Sigue leyendo el ¡Hola!?

R. Sí, sí, por supuesto. Es muy interesante. Ahí se encuentra la vida profunda de España.

P. Le interesa mucho la moda: en su libro se recrea en peinados, maquillajes, vestidos. ¿Es muy coqueto o muy cotilla?

R. Sí. Es que me gusta que la vida sea hermosa. Y Francia sigue siendo el país de la moda femenina, aunque no de la masculina.

P. ¿Es más gourmet o más gourmand [glotón]?

R. Ni lo uno ni lo otro. No me apasiona la alimentación. Me gusta el producto, pero no la invención culinaria.

P. Dice que le irritan la vanidad de los franceses y la arrogancia británica. ¿Y de los españoles?

R. El rencor por los acontecimientos del pasado, y que pesan aún en las relaciones, como las guerras del Imperio [de la Independencia], crueles y nefastas, pero que están muy lejos.

P. Puesto a enamorar princesas, en España tenemos una infanta divorciada.

R. Ya digo que he terminado con estos temas.

P. Pues la boda franco-británica de su novela entre el presidente y la princesa estrecha muchas relaciones. ¿No se animaría a una boda franco-alemana con la señora Merkel?

R. [Ríe] Dejo eso a la generación siguiente.

El ex presidente francés Giscard d'Estaing, fotografiado el viernes en Madrid, adonde vino a presentar una novela.
El ex presidente francés Giscard d'Estaing, fotografiado el viernes en Madrid, adonde vino a presentar una novela.CRISTÓBAL MANUEL

Perfil

Tiene 84 años, cuatro hijos y unas maneras exquisitas. Durante la entrevista se bebe una copa de vino tinto. Dice que nunca le interesó el poder, sino "el hecho de gobernar", y que le entristeció ser reemplazado por Mitterrand, porque éste lo hizo fatal. Le preocupa la salud de Europa. Esquió mucho y cazó mucho. Ahora toca el piano y juega al tenis. Le gusta leer y pasear por el campo con sus dos perros.

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