La telefonista del incendio de Horta no pudo contactar con los mandos

Concluida la comisión parlamentaria sobre la gestión del incendio forestal de Horta de Sant Joan (Terra Alta) que el pasado verano calcinó más de 1.000 hectáreas, el proceso judicial abierto sobre el caso prosigue abriendo interrogantes sobre la tragedia en la que fallecieron cinco bomberos de élite de la Generalitat. La operadora de comunicaciones del centro de mando avanzado del incendio cuando ocurrió el suceso, Maria Carme González, declaró ayer ante la juez de Gandesa que lleva el caso que, pese a intentarlo en repetidas ocasiones, "en ningún momento" pudo contactar con el responsable de guardia del operativo, denominado Delta 0 en la jerga del dispositivo. Es una situación que, consideró, que "no es normal" en el operativo de un incendio.

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"No había nadie y yo, evidentemente, no podía tomar decisiones"

La ausencia de comunicación generó "intranquilidad al no saber qué decir" ante las solicitudes de los efectivos que trabajaban sobre el terreno; "impotencia por no poder contestar las peticiones", e "indignación por no poder contactar con los mandos", aseveró González. "No había nadie y yo, evidentemente, no podía tomar decisiones", resumió la operadora, a quien nadie le informó de dónde se encontraba Delta 0 ni cuando el propio centro de mando se vio acosado por las llamas. "El fuego llegaba donde estaba emplazado el centro", pero no había mandos a los que consultar. "Estábamos solos", ilustró la operadora ante la juez.

La declaración de González refleja la confusión vivida por lo menos entre los operadores del centro de mando del dispositivo. "No hubo descontrol, pero personalmente estuve desbordada", afirmó González.

La operadora aportó su versión sobre otro de los puntos de fricción entre Generalitat y oposición, esto es, la presencia o no de los mandos en el centro avanzado de control. Según González, no apareció ningún mando por el centro del operativo a lo largo de la mañana del día 21, fecha de la tragedia, y sólo hicieron acto de presencia en el control a media tarde, cuando el fuego ya había acorralado a los cinco bomberos de los Graf que acabaron falleciendo en el incendio.