Barberá critica el plan del Gobierno para ahorrar energía
La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, calificó ayer de "incongruente e incompetente" el plan gubernamental de ahorro energético que anunció el sábado pasado en Sevilla el presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero. El mandatario socialista reveló su pretensión de reducir en un 20% el consumo de 2.000 edificios administrativos, 1.000 del Gobierno central y otros tantos regionales y locales. Esto supondría un ahorro de 3.000 millones de euros anuales.
Barberá, enfadada, exclamó ante los medios: "¿Cómo me pueden pedir que mejore la eficiencia energética si me han rechazado proyectos en la ciudad que la mejoraban?". La primera edil se refería a las 14 propuestas que le hizo el Ayuntamiento al Gobierno para gastar fondos del Plan E y que este rechazó, en concreto, varias instalaciones de energía solar fotovoltaica en diferentes mercados de la ciudad, en el velódromo Luis Puig o en el polideportivo de Natzaret. Estas actuaciones hubiesen costado, según Barberá, casi 10 millones de euros. "Estamos ante la prueba evidente de que no saben por dónde van", atacó la alcaldesa, "es una desfachatez, una política propagandística e incoherente".
La alcaldesa criticó también la "falta de novedad" del plan de ahorro energético, pues "es algo que el Ayuntamiento lleva haciendo desde hace dos años" a través de dos planes de austeridad, con lo que el consistorio ha conseguido un "18%" de ahorro. La portavoz municipal socialista, Carmen Alborch, negó más tarde, sin embargo, el buen hacer del gobierno local en los planes de austeridad. "La alcaldesa", aconsejó Alborch, "debe abandonar la autocomplacencia y adoptar de una vez medidas para lograr una reducción real del gasto". La edil matizó que los planes de austeridad popular, además de poco ambiciosos, han sido un fracaso.
Pese a las críticas de Barberá al proyecto del Gobierno de ahorrar energía, Valencia es desde hace tiempo la ciudad europea que más derrocha. El informe Contaminación lumínica en España, presentado en 2009 por la Universidad Complutense de Madrid, denunciaba que en la capital del Turia, con datos de 2007, se consumían, entre farolas, semáforos y edificios públicos más de 127 kilovatios por habitante, mientras que en Madrid son 61,5 y en Barcelona, 75. Si el consistorio hubiese querido mejorar su eficiencia energética ha tenido tiempo de sobra antes de sus propuestas con fondos estatales del último año y medio y del plan energético que anunció el sábado el Gobierno.
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