Una autopsia complicada

Parece que en la autopsia de Lehman Brothers se han descubierto las numerosas causas de la muerte. El médico forense del Tribunal de Quiebras, Anton Valukas, describe al presidente del banco de inversión, Richard Fuld, y a sus lugartenientes como unos personajes más arrogantes e ineptos de lo que se pensaba en un principio. El mordaz informe también detalla una serie de ardides en los balances generales que podría llevar ante los tribunales a los antiguos jefazos y a su empresa auditora, Ernst & Young.

Entre las toxinas que se descubrieron había algo llamado Repo 105. Este truco contable ocultó el tamaño del balance general de Lehman mientras aumentaba la presión para que los bancos de inversión redujeran su apalancamiento a finales de 2007, algo que Lehman también estaba haciendo en aquel momento.

Aunque el Repo 105 no era mortal, sin duda era venenoso. Lehman llevaba abusando de él desde 2001, mediante el uso de pactos de recompra para financiar activos pero, a diferencia de las típicas transacciones de repos -abreviatura de reposición, la recuperación o embargo de un bien gravado-, los consideraban como vendidos a efectos contables. Esto permitió a Lehman ocultar su apalancamiento real, haciendo que pareciera más bajo de lo que era realmente. Lehman incluso recurrió a veces a sus filiales extranjeras para que funcionara. Bart McDade, el directivo que se encargaba de reducir el balance general, decía despectivamente que el Repo 105 era "una droga más a la que estábamos enganchados".

Eso suena a incumplimiento del deber fiduciario, aunque Valukas no cree que lo fuera. Sin embargo, considera que existen sólidos argumentos -o una "demanda plausible", como la llama él- contra Fuld y los tres directores financieros de la empresa en sus 12 últimos meses: Chris O'Meara, Erin Callan e Ian Lowitt. Es más, E&Y podría verse en apuros por una negligencia profesional al permitir que continuaran las actividades del negocio. Por medio de su abogado, Fuld negó tener conocimiento del Repo 105 o de la manera en que funcionaba.

El informe engancha incluso sin esta revelación condenatoria. Presenta una imagen mucho más detallada de la que se disponía previamente de una directiva que se cree su propia propaganda y que hace caso omiso del aumento del riesgo y de las preocupaciones de sus subordinados, mientras aumenta sus posiciones en activos ilíquidos como las propiedades inmobiliarias comerciales y el capital riesgo. Se saltaban los límites de riesgo del banco de forma habitual y no incluían esas posiciones en las pruebas de resistencia.

Tanto si Fuld y sus colegas acaban ante los tribunales como si no, Valukas ha elaborado al menos una fantástica guía para la administración de empresas. Es el mejor documento que se ha escrito hasta la fecha sobre esta crisis y la manera de evitar futuras quiebras. Debería ser de lectura obligatoria para los directivos de bancos actuales y los del futuro.