"A mí es que el fútbol me encanta"
Tiene el carácter arrebatador del viejo Di Stéfano y el tren inferior poderoso de Michael El Pato Johnson. La mezcla hizo de Gonzalo Gerardo Higuaín (argentino nacido en Brest, Francia; 1987) un delantero de carrera equilibrada, potente y batallador. En los últimos años, a esas condiciones ha sumado la pericia para definir. Hoy es un goleador modélico. Si la Champions es la cuenta pendiente del Madrid, también es la suya. Mañana, ante el Lyon, ganador en la ida por 1-0, podrá actualizarse.
Pregunta. ¿Cómo hace para canalizar la rabia competitiva? Nunca se pone nervioso.
Respuesta. Me gusta competir. Pero sobre todo soy profesional. Me lo tomo así porque sé que las cosas te pueden salir unas veces y otras no. Lo que no puedes hacer es dejarte llevar por las emociones y perder esa concentración y esa motivación para seguir intentándolo. Es algo que he aprendido desde que empecé y es lo que me está haciendo crecer como jugador y persona. Mi padre me lo ha inculcado. Pero aprendo mucho mirando a mis compañeros. La verdad es que a mí el fútbol me encanta. Me gusta este deporte.
"La pausa en el área es vital y se aprende. Si paras y piensas, mucho mejor"
"Jugar de espaldas es muy importante. Pero, al menos para mí, muy complicado"
"Para nosotros, lo más importante es eliminar al Lyon. El proyecto se ha hecho para esto"
"Me siento igual de tranquilo y contento que en mi primera temporada"
P. Primero le cuestionaron porque Raúl era el capitán y Van Nistelrooy el gran fichaje. Ahora, porque el gran fichaje es Benzema. ¿Cómo convive con la idea de tener que demostrar en cada partido que usted merece ser titular?
R. Me siento igual de tranquilo y contento que en mi primera temporada. Cada vez que salgo a jugar quiero desmostrar que quiero seguir en este club, que quiero hacer un gran partido... Puede que no me salgan las cosas. Pero la actitud va a estar siempre.
P. Cuando llegó, con 19 años, ¿imaginó que en tres años sería un 9 de referencia en Europa?
R. Eso surge. Uno no puede planearlo. Ahora quiero superar la meta de los 24 goles que logré el año pasado. Es mi reto.
P. ¿Es difícil repartirse los espacios con Cristiano Ronaldo, que barre todo el frente?
R. Se coordina. Él es muy rápido y muy técnico y eso hace que se generen espacios. Esos espacios me permiten hacer lo mío, que también es la velocidad y definir. En eso nos compenetramos muy bien. Intentamos que ninguno se quede desenganchado. Variamos. A veces, él cae a la banda. Otras veces me tiro yo o Kaká. Esos movimientos se hablan, se entrenan, y se hacen mirando a tus compañeros en los partidos. Según cada encuentro, según los rivales. Cuando se cierran mucho en medio, vamos por fuera.
P. ¿Qué pasó en Lyon?
R. Se cerraron mucho y salieron físicamente muy fuertes. Pero tenemos equipo para dar la vuelta a la eliminatoria. Para nosotros, lo más importante es ganar este partido. El proyecto se ha hecho para eso. Y más con la final en el Bernabéu.
P. El año pasado, en la Champions, no marcó ningún gol.
R. Ojalá se dé ahora.
P. En la ida, Boumsong se le anticipó tres veces cuando se iba a quedar solo ante el portero.
R. Es defensor y defiende. Y el medio juega y el delantero tiene que hacer goles. Cada uno cumple su función. No le doy vueltas. Ya pasó. No tiene sentido.
P. Ellos se cerrarán más.
R. No soy el técnico del Lyon. Sólo sé que nosotros saldremos a pasar la eliminatoria.
P. Usted juega poco de espaldas a la portería. Muchos delanteros lo hacen, ¿pero es síntoma de buen delantero recibir siempre de espaldas y aguantar?
R. A mí me gusta jugar de frente. Jugar de espaldas es muy complicado y creo que pocos lo saben hacer bien. Al menos, para mí es muy complicado. Pero se aprende. Es un recurso muy importante para dar apoyo al equipo, para mantener el balón, para cuando te la den aguantarlo y que el equipo salga. Es algo que se mejora. Y el cabezazo también.
P. ¿Por qué es difícil?
R. Porque estás de espalda y el defensor está de frente. Hay que saber usar el cuerpo para proteger la pelota, pero él tiene más recursos para sacártela.
P. Muchos grandes goleadores, Ronaldo, Romario, Kempes, Batistuta..., no han jugado de espaldas a la portería.
R. Sí, ya lo sé. Los goles se hacen de frente.
P. Di Stéfano, que era 9, tiene una frase: "El delantero puro es un tronco que navega a la deriva en el mar de la ignorancia futbolera". ¿Qué le sugiere?
R. El delantero no sólo tiene que ser rematador. Tiene que jugar para el equipo. Pero lo más importante es que haga goles.
P. Aquí se premia el gol más que el juego. ¿Se vio en la disyuntiva de bajar a jugar y apoyar o dedicarse a esperar el gol arriba para seguir siendo titular?
R. Los goles llegan cuando haces desmarques, cuando bajas a ayudar al equipo, cuando tiras paredes... Si te quedas en el área, esperando, es muy difícil marcar.
P. ¿Cuanto más toca el balón, más cerca está del gol?
R. No sé si hay que tocar mucho. Pero cuanto más participas del juego, cuanto más te mueves, más oportunidades tienes. En el Madrid he aprendido a moverme sin el balón, a desmarcarme, a aparecer...
P. La semana pasada sumó 16 goles en la Liga en 42 remates. Es el delantero más eficaz de las Ligas europeas. ¿A qué lo atribuye?
R. La confianza en uno mismo es muy importante. Eso te lo dan los partidos y los goles.
P. Ha hecho diez con la pierna derecha y siete con la izquierda.
R. Para un delantero, es una ventaja muy grande saber usar las dos piernas. Pero yo no nací ambidiestro. Aprendí entrenándome, probando. Siempre me quedo a pegarle con las dos piernas.
P. En el River Plate ya hacía goles amagando con la derecha al portero y definiendo de zurda.
R. La pausa del delantero en el área es vital y se aprende. No hay que tirar siempre al humo, no hay que hacer lo primero que se te viene a la cabeza. Si te tomas un tiempo y piensas, mucho mejor.
P. Usa igual el empeine que el interior y eso le permite definir rápido llegue por donde llegue la jugada. ¿Prefiere golpear con el empeine?
R. Depende. ¡Como quede la pelota, le pegas! ¡Qué pregunta! No es que me guste pegarle más de una manera determinada.
P. No hay definidores tan versátiles. No debe de ser tan normal.
R. A los cinco años nadie sabe golpear con todos los perfiles. Todos los jugadores aprenden día a día. Y, con el tiempo, a veces se logra dar una trayectoria a la pelota para que no la toque el portero.
P. Cuando llegó, le acusaron de no tener gol. Pero en su primer año y medio marcó cada 213 minutos. Raúl, en el mismo periodo, marcó cada 233.
R. A mí sólo me interesó convencer al técnico, a los compañeros y a la gente que me quiere.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.