El futuro del hombre fuerte de Rajoy
El PP de Javier Arenas está exultante. En las últimas semanas han ido cayendo como manzanas maduras una encuesta tras otra con la buena nueva de la victoria electoral, lo que ha colocado al partido en una situación cercana al paroxismo: después de 28 años a la intemperie, y muchas calamidades, por fin está en condiciones de ganar. La mayoría de los dirigentes es consciente de que la crisis económica y el regalo que le ha hecho el PSOE con la turbadora metamorfosis de su liderazgo -que ha propiciado un rosario de traspiés tácticos- constituyen el grueso del éxito. Por eso, la consigna oficial es contener el entusiasmo y centrarse, no vaya a ser que la embriaguez acabe por arruinar tanto esfuerzo. Pero es difícil.
Resulta inevitable que se hagan todo tipo de cábalas sobre los futuros escenarios, con Javier Arenas como estrella rutilante, ya sea en Madrid o en Andalucía. Una persona de su entorno, construye este análisis: "Javier va a quedar siempre bien, si consigue la mayoría absoluta, algo bastante improbable, sería el delirio; si gana y no puede gobernar porque PSOE e IU forman gobierno, logrará quitarse la espina de perdedor; si se queda a poco de la victoria, en la organización nacional se le verá como un héroe porque eso significará que Mariano Rajoy llega a la Moncloa y el PP andaluz se quita la vitola de la diferencia de votos".
¿Y él? ¿Qué hace si no consigue gobernar? ¿Se va con Rajoy, como se fue en 1996 al ejecutivo de José María Aznar? ¿Se queda a intentarlo de nuevo u organizar el relevo? Un dirigente lo tiene claro: "Javier Arenas es ahora mismo el barón más importante del PP, el hombre fuerte de Rajoy. En Madrid manda muchísimo y juega a todas las cartas. Aquí no se queda". Esta misma fuente es pesimista respecto a que el PP esté a un paso de hacerse con la presidencia de la Junta. "Estamos pisando zona desconocida, no sabemos adónde nos llevará la crisis, si se produce la hecatombe o llegan los brotes verdes. Todo dependerá más de la crisis que de los partidos".
Otro de los consultados avala que Arenas, esta vez, está convencido de que puede ganar y no piensa en más opciones, aunque le interesa pugnar en la organización nacional, puesto que la andaluza la controla por completo. De momento, está con un pie en Andalucía y otro en Madrid. Un miembro de su equipo dibuja un espacio intermedio: "Javier dice que se queda, y yo creo que es sincero. Ahora, hay que ser realistas, le pueden presionar, a él le apasiona la política de altura, y Madrid le gusta más que Andalucía, eso seguro".
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