Atentos al consumo

La República Checa ha sufrido un inesperado revés durante la última parte de 2009. Casi todos sus vecinos de Europa del Este han visto cómo su incipiente recuperación económica se posterga, sembrando dudas respecto de las perspectivas para 2010. En el caso de Chequia, una de las economías más potentes de la región y alumno aventajado de los países de la adhesión, su PIB se contrajo un 0,6% entre octubre y diciembre -después de dos trimestres de crecimiento-, cerrando el año con una caída global del 4,2%.

Este descenso -el peor en veinte años fuera del bloque comunista- se produjo principalmente por la caída de la demanda internacional en sus productos estrella: automóviles y componentes electrónicos. Los datos oficiales reflejan que los envíos, que representan el 70% de su PIB, se redujeron un 13,6% en 2009, un indicador que sólo dos años atrás crecía al 15%. El gran boom de la economía checa se produjo a partir de su ingreso en la UE, en 2004, y del aumento de sus exportaciones a socios clave como Alemania.

Tras seis meses de crecimiento, la economía volvió a los números rojos

El Ejecutivo espera que, a partir de 2010, este dato repunte, de la mano de la consolidación de sus socios de la Europa occidental. No obstante, las cifras del último trimestre de 2009 han sembrado nuevos temores respecto de esta recuperación, principalmente por la debilidad del consumo. El año pasado la demanda doméstica final se contrajo un 0,8%, mientras que para este curso se espera que lo haga en un 0,4%. El problema es que 2010 también traerá caídas del consumo privado (-0,7%) y del gasto del Gobierno central (-0,9%).

Los analistas explican que este retroceso se ha producido debido al elevado desempleo, que superó el 9,8%, y las medidas de ajuste fiscal impuestas por el Ejecutivo a partir de este año. La República Checa se encuentra frente a la encrucijada de reducir el gasto o seguir tirando de la economía. En 2009 prefirieron inyectar dinero mediante dos paquetes de ayudas, aunque ahora todo indica que se inclinarán por la fórmula inversa. El objetivo será cumplir con sus compromisos contraídos con Bruselas, que le obligan a reducir el déficit del 5,6% con el que previsiblemente cerrarán 2010.

En este sentido, los organismos internacionales piden a Chequia que haga nuevos esfuerzos adicionales de recortes y aborde partidas hasta ahora intocables como las pensiones, la salud pública y la asistencia social. No obstante, el actual Gobierno interino no pondrá en marcha ningún paquete adicional hasta después de las elecciones legislativas de finales de mayo, de las que surgirá un nuevo Gobierno. Los primeros sondeos dan un estrecho margen a los socialdemócratas, lo que hace aún más improbable cualquier modificación que afecte directamente a los potenciales votantes.

Las previsiones para este año son optimistas y pasan por un crecimiento del 1%, según la calificadora de riesgo Fitch, del 2% para la OCDE, y del 1,3% en opinión del Ejecutivo. Incluso se prevé una inflación del 2%, que podría ser un síntoma de la recuperación del gasto de los hogares. A favor de la recuperación checa juega también la salud de su sistema bancario, que fue uno de los pocos en el mundo que pudo superar la crisis sin ayudas externas y con un nivel de activos basura inferior al 2%. En cualquier caso, todo dependerá nuevamente de la recuperación de sus socios comerciales. -