Guardiola libera a la Pulga
El gol del argentino culmina un gran partido del Barça, que cambió de dibujo pero no de estilo
Guardiola predica con el ejemplo, por norma y en todo momento, así que siendo consciente de que el equipo no estaba fino, decidió darle un meneo. Se estrujó las neuronas y, con los habituales, jugó diferente. El técnico modificó el diseño sin perder el estilo, faltaría más, proque como dijo la víspera, la intención no se toca ni perdiendo 15 partidos seguidos. Mantuvo la idea y convencido de que el camino es siempre tener mucho la pelota colectivamente, seguro de que no hay más camino que ser solidario al dar el balón y ofrecerse para jugar rápido y crear espacios, especialmente por las bandas y superioridad por dentro, movió de sitio a Messi. Desatándole del extremo, le dio aire y como pretendía, el argentino participó mucho. Como en una partida de ajedrez, a partir de la ubicación de la Pulga , modificó la estructura de ataque. Ejerció Guardiola de entrenador y jugó un gran partido el Barça, porque el técnico abrió una nueva puerta al talento de sus futbolistas. "Lo hemos hecho bien" dijo el entrenador, refiriéndose al juego del Barça, al que agitó desde la pizarra y, al tiempo, desde la elección de los futbolistas.
Curado Alves, el técnico pudo empezar a meterle mano desde la defensa. Con el brasileño de vuelta, Puyol pudo jugar en el eje, al lado de Piqué, la pareja de centrales más utilizada en lo que va de curso, y a partir de ahí, Xavi y Busi se juntaron más de lo habitual, aunque Guardiola negó que la idea fuera jugar con un doble pivote. "Se mueven siempre, nunca han estado a la misma altura", afirmó el entrenador. "Nos ha dicho que nos juntáramos más", aclaró Xavi. Por delante, Messi jugó de enganche, completando el triángulo, y la tripleta atacante se reservó a Pedro, situado por la derecha, Ibrahimovic como nueve y en la punta izquierda, Iniesta. Los dos hombres de bandas no fijaron su posición, así que atacaban como extremos y reculaban como interiores. "Pep se come mucho el coco", terció el director deportivo, Txiki Begiristain.
"He querido jugar con Messi por dentro, porque últimamente participaba poco", explicó el técnico, que eligió bien porque su equipo alcanzó una posesión del 70% de los minutos, jugó siemrpe en campo del Málaga, La Pulga apareció mucho y se asoció bien con Ibrahimovic. El equipo vivió tan volcado sobre el área de Munúa que Muñiz, el entrenador del plantel andaluz, lo tuvo que mover todo durante el descanso, a contracorriente, exigido por la apertura de Guardiola. El técnico asturiano, en cualquier caso, relativizó la sorpresa: "No lo esperas. Tuvimos que adaptarnos a esta situación y rápidamente lo hicimos porque, a fin de cuentas, sólo cambió la posición de un jugador".
El partido llegó empatado al descanso, algo que ha sucedido en 13 de los 40 duelos acumulados en lo que va de curso. Hasta ayer, ocho los desencalló tras el descanso, como anoche: tan pronto como Pedro se fue a la izquierda, Iniesta pasó a jugar de media punta y Messi ocupó la punta derecha, el canario soltó un zurriagazo desde fuera del área y encarriló el partido. No bastó ese gol, el 16 en 50 partidos en la cuenta de Pedro, porque en un contraataque el Málaga cazó a Valdés. Quedaban 10 minutos y estaba por llegar el gol de Messi, una obra de arte colectiva en la que participaron seis jugadores. "Hemos jugado infinitamente mejor que el día del Racing", consideró Guardiola, quien admitió que el tanto de Messi se produjo en una bonita jugada. "Hemos llegado más que nunca hasta la línea de fondo, cosa que daña al rival. Visualmente, además, jugando seis toques de primera está muy bien".
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