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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

La muerte de Orlando Zapata

Los dos titulares juntos, tal y como aparecen en EL PAÍS, magnifican el escándalo: "Muere un preso político cubano tras 85 días en huelga de hambre"; "Lula llega a Cuba para dar respaldo político y económico a Castro". Al igual que Moratinos en su última visita a la isla, tampoco Lula tiene previsto entrevistarse con los representantes de la disidencia al régimen.

Es poco probable que ninguno de los dos levante la voz para condenar, sin más ambigüedades ya, la ignominia que representa el comunismo cubano.

Hace poco una dirigente de Izquierda Unida declaró: "La realidad cubana es la democracia más profunda que he vivido yo en cualquier país. En España no hay una democracia garantizada, por ejemplo, en los centros de trabajo a nivel sindical".

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Si la izquierda occidental sigue empeñándose en comulgar con la ensangrentada rueda de molino que supone el totalitarismo comunista, su futuro será el que vaticinaba Félix de Azúa en su último artículo: "Dentro de un lustro no quedará nadie por debajo de los 60 años que se crea una sola palabra de un socialismo fundado sobre tamaña deshonestidad".

Orlando Zapata era un humilde albañil negro. Inició su huelga de hambre en protesta por las continuas palizas y abusos que sufría en prisión.

Su muerte pone de manifiesto, una vez más, en qué inmundos albañales han terminado los sueños de emancipación con los que una serie de canallas sin escrúpulos ha logrado sojuzgar la credulidad de muchos.

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