La Copa Davis cotiza a la baja

Albert Costa, el seleccionador español de tenis, anunció ayer que Juan Carlos Ferrero, David Ferrer, Tommy Robredo y Marcel Granollers representarán a España en la primera ronda de la Copa Davis, contra Suiza, del 5 al 7 de marzo en Logroño.

España, campeona de las dos últimas ediciones del torneo, no contará con sus dos mejores tenistas: Rafael Nadal, el número tres mundial, en proceso de recuperación de la lesión por la que abandonó en el Abierto de Australia, y Fernando Verdasco, el diez, con la espalda amoratada por el tratamiento con el que intenta recobrarse de sus dolores, pero, aun así, activo esta semana en la competición de Acapulco. La ausencia del madrileño es un signo de los tiempos: seis de los diez mejores, entre ellos el suizo Roger Federer, no disputarán la primera eliminatoria. El trofeo cotiza a la baja entre los jugadores. El modelo está en cuestión. Nadie ejemplifica mejor los cambios que los españoles.

"La Davis siempre es prioritaria, representar a España siempre es especial..., pero, después de ganarla, los objetivos van cambiando". La frase es de Nadal y está pronunciada en Australia antes de sufrir la lesión que ahora le impide jugar con España. Esas palabras son un símbolo: la mejor generación de tenistas españoles ha empleado los escasos respiros que permite el calendario para ganar en cuatro ocasiones el torneo (2000, 2004, 2008 y 2009) y disputarlo hasta la final en otra (2003). El dinero y los puntos que reporta a cambio ese esfuerzo son escasos. La forma en la que penaliza la recuperación de los mejores es intensa -los cuartos se juegan tras Wimbledon; las semifinales, justo después del Abierto de Estados Unidos-. Y los ejemplos de lo beneficioso que es prescindir del engorro son conocidos: Federer sólo juega una eliminatoria al año desde 2004, la que mantiene a Suiza en el grupo mundial.

Ya hay una propuesta para enterrar el trofeo: disputar un Mundial bienal con 32 selecciones y exclusivamente masculino. "Las mejores tenistas tampoco juegan la Copa Federación", admite Stacey Allaster, la máxima dirigente del circuito femenino; "me gustaría que nos uniéramos con la Davis, los hombres y las mujeres del mismo país juntos en la misma ciudad y en el mismo fin de semana".

Mientras tanto, arranca el torneo y su apasionante in crescendo. Primera ronda, de puntillas. Luego, el verano, la pasión desatada y las pistas llenas. ¿Y Suiza? Viene con Stan Wawrinka, el número 20, que no juega desde el Abierto de Australia por el embarazo de su pareja; y con Marco Chiudinelli, Michael Lammer e Yves Allegro, sin grandes méritos. Esto, sin embargo, es la Davis. "Y aquí manco no hay ninguno", avisa Costa.