Un coloso en el Bernabéu

Manuel Pellegrini acalló las críticas de la derrota en Lyon con una victoria aplastante sobre un flojísimo Villarreal (6-2). Fue un recital de Cristiano Ronaldo, que aprovechó los gigantescos espacios de la defensa amarilla para marcar un gol y regalar otros dos. Uno de ellos, al cuestionado Kaká, que atinó con la izquierda y apenas lo celebró, consciente de que está en el ojo del huracán. A continuación le premió Pellegrini con una sustitución que, en cualquier otro instante, habría sido acompañada de abucheos. Sin exigirse demasiado, pero con un Cristiano supersónico, el Madrid aplastó al Villarreal y aumenta la presión sobre el Barcelona, también firme el sábado ante el Racing.

El portugués marcó un gol y regaló dos, uno de ellos al cuestionado Kaká

El conjunto azulgrana no deja ni que se presenten las dudas. Tras la primera derrota del curso en el Calderón, frente al Atlético, el cuadro de Pep Guardiola golpeó con el martillo al Racing (4-0) sin que el conjunto cántabro pudiera apenas presentar en el Camp Nou ese proyecto de crack llamado Canales. Lo definió el presidente racinguista, Francisco Pernía, tras el encuentro: "El Barça es un equipo al que todos nos gusta ver salvo cuando se enfrenta a ti". Muchas bajas y algunas tan importantes como la de Xavi fueron cubiertas por la omnipresencia de Iniesta, que volvió a marcar después de una larga sequía procedente del gol más importante de su carrera: el chutazo de la semifinal de la Champions en Stamford Bridge ante el Chelsea.

En Sevilla, mientras las críticas de la afición arrecian sobre su entrenador, hay que concluir que la gestión de Manolo Jiménez de los recursos de su plantilla está siendo excelente. No podría ser de otro modo para que, llegados a estas alturas, el conjunto hispalense esté dando guerra en las tres competiciones. El sábado, en Son Moix, logró lo que nadie había conseguido hasta la fecha: hacer doblar las rodillas al Mallorca en su feudo (1-3), lo que consolida su posición en la cuarta plaza de la Liga, acechando ya al tercero, el Valencia (recibe hoy al Getafe), y repartiendo esfuerzos para atender la final de la Copa frente al Atlético y, más de inmediato, este jueves, en Moscú, los octavos de final de la Champions ante el CSKA. Todo eso en una temporada marcada por una epidemia de lesiones (23 de sus 25 jugadores han pasado por la enfermería) y por una Copa de África que secuestró un mes a Kanouté y Zokora. Ante las dificultades, ha emergido fulgurante la figura de Jesús Navas, jugador decisivo en cada partido. Ante el Mallorca, marcó un gol de pillo, pillísimo, al colarse entre la duda del defensa Ayoze y la del portero Aouate y tirar a puerta vacía. Su progresión y su frescura pueden convertirle en la sensación del Mundial de Suráfrica, un torneo siempre ávido de futbolistas diferentes.

Casi descartado pese a su mejoría el Xerez, la lucha por la salvación va a ser apasionante. El Sporting frenó en seco la que parecía una remontada imparable del Zaragoza: le infligió un implacable 1-3 en el que marcó hasta Barral, un goleador que llevaba meses sin acertar. Onésimo apuntó su sello en un aseado Valladolid en el Reyno de Navarro con un precioso gol de Medunjanin neutralizado al final por el empate del osasunista Camuñas, un fichaje muy rentable de Camacho (1-1). El Málaga confirmó su reacción de esta segunda vuelta al derrotar a un meritorio Espanyol, que se quedó a las puertas del empate (2-1). El Tenerife, el peor equipo fuera de casa, fue una víctima fácil para un Athletic que quiere repetir en Europa (4-1).

Y el Atlético sigue en la montaña rusa. Tan pronto desnudó al Barça en la jornada pasada, todavía con la adrenalina a tope por la clasificación para la final copera, como volvió a las andadas a las primeras de cambio. Si en Europa se complicó la vida contra el Galatasaray, en la Liga volvió a acabar un partido cabizbajo, ayer en Almería (1-0), derrotado sobre el toque de la campana con un tanto de Piatti. Al conjunto rojiblanco parece que la competición nacional le resulta ya un engorro. A falta de cumplir en la Liga Europa, la cita de la Copa del Rey contra el Sevilla es su único aliento.