Los consistorios devolverán casi 100 millones en Guipúzcoa

El descenso de la recaudación fiscal en 2009 va a pasar una factura altamente gravosa a los ayuntamientos de Guipúzcoa. Los consistorios tendrán que devolver a la Diputación 98,9 millones de euros, la diferencia entre los 444,2 millones que recibieron a lo largo del año pasado de la Hacienda foral y los 345,3 millones que les corresponden finalmente en el reparto institucional de los ingresos tributarios.

La liquidación ha resultado al final ser algo más favorable que la calculada en octubre pasado, cuando Hacienda calculó que la devolución de los ayuntamientos iba a elevarse a 106,6 millones. Es el mayor batacazo que sufre el denominado Fondo Foral de Financiación Municipal (FFFM) en esta provincia.

Olano justifica la compensación a Vizcaya por la tasa de Patrimonio

El diputado general, Markel Olano, y su responsable de Hacienda, Pello González, comparecieron ayer ante las Juntas Generales para informar del cierre fiscal del pasado ejercicio, el peor de los últimos años por la crisis.

Los ayuntamientos salen muy mal parados del desplome recaudatorio. Pierden 89,9 millones con respecto a la cantidad que ingresaron el año pasado. La Diputación admitirá el aplazamiento y el pago fraccionado de la deuda hasta 2013 para suavizar la situación financiera de los consistorios. La Hacienda foral irá descontando hasta ese año una parte de la cuota que cada ayuntamiento recibe trimestralmente de las arcas forales.

Olano y González fueron interpelados por los grupos de la oposición sobre la disputa que mantuvieron Vizcaya y Guipúzcoa en la reunión del Consejo Vasco de Finanzas, celebrada el pasado viernes. Vizcaya ganó la batalla al lograr endosar al resto de instituciones 15,8 millones de euros que tenía que aportar, pero que se negó a abonar por la distorsión que causó el mantenimiento del Impuesto del Patrimonio en Guipúzcoa.

Olano defendió como un "acuerdo institucional" lo que partidos como el PP, EB y Aralar calificaron de simple cesión ante Vizcaya. El socialista Julio Astudillo recalcó que el Gobierno tuvo que "arreglar un destrozo que el PNV había hecho, ante la incapacidad de las tres diputaciones para solucionarlo".