El mundo al revés en San Siro

El mundo al revés en San Siro. Especuló el Manchester y atacó y atacó el Milan con menos beneficio del merecido. Aunque al final salió vivo, con alguna pequeña esperanza de clasificarse, gracias a la clase inacabable de Ronaldinho y Seedorf. El Manchester, primero, especuló. Dejó que el Milan se desfondara y se fio de la solvencia de su portero, Van der Sar. Y, cuando Ferguson vio a Ronaldinho fundido, saltó a la yugular del Milan. Mandó entrar a Valencia. El extremo ecuatoriano liquidó a Favalli y su centro inauguró la exhibición de Rooney. El delantero inglés suma 23 goles en 26 partidos con sus dos primeros tantos, ayer, en esta edición de la Champions.

El atrevimiento de Leonardo en la alineación, al juntar a Pato, Huntelaar y Ronaldinho en el ataque, se vio recompensado en un efervescente arranque milanista. Fue un equipo directo y concreto que se encontró con una pesada defensa en el United, con Ferdinand y Evans recordando la ausencia de Vidic. Una frivolidad de Evra, en un despeje de chilena dentro de su área, le dejó el balón listo para el empalme a Ronaldinho. El Milan percutió por la izquierda, donde Ronaldinho, acompañado en ocasiones por Antonini, encontró un filón en la inocencia de su compatriota Rafael.

La presencia de Park en vez de Valencia delataba la vena conservadora de Ferguson cuando llega la Champions. Tres mediocentros que se enredaron y, ante la inhibición de Nani, un Rooney muy aislado. Hasta que Scholes encontró por fin el hilo y consiguió enhebrar una larga jugada que inició y acabó tras un centro desde la derecha de Fletcher. El remate de Scholes fue muy afortunado: tras pifiar la volea con la derecha, el balón le golpeó en la pierna de apoyo, la izquierda, antes de salir disparado hacia el poste derecho de Dida, que llegó tarde. Era el primer gol en la historia del United en San Siro y la acción le salió muy cara a Leonardo: además del empate, la lesión del lateral Antonini. Le suplió el veterano Favalli.

Disminuido Pirlo, poco visible Beckham salvo en las faltas y con Pato fuera de forma tras su larga ausencia, Ronaldinho asumió todo el protagonismo. Tacones, fintas y, sobre todo, un regate de espaldas a la portería contraria por el que se desembarazó de Evra y Scholes con un golpe de cintura. Una jugada digna del genio que fue. Su posterior disparo escupido lo desvió Van der Sar en una parada llena de reflejos.

El Milan volvió a salir con brío tras el descanso. Y volvió a poner en evidencia a la defensa de los red devils, incapaz de tapar las llegadas de Pato. Al brasileño, sin embargó, le faltó finura en el remate. Supo Ferguson matar el encuentro en el momento justo. Cuando dio entrada a Valencia en el extremo derecho por el anodino Nani. El primer balón que tocó el ecuatoriano fue un centro delicioso al segundo palo que Rooney cabeceó acompañando el balón al palo contrario. La defensa milanista se descompuso y otro centro de Fletcher lo volvió a cabecear Rooney.

Hundido el Milan, lo rescató la entrada de Seedorf, que remató de espuela, y con la zurda, un pase de Ronaldinho. El talento eterno del Milan recuperó el orgullo de San Siro.