Medio siglo de emoción contenida

"El acto ha sido muy emotivo y mi madre se ha emocionado mucho al recibir la placa-recuerdo que le ha dado la alcaldesa", afirmó ayer Jon Urroz, hermano de la niña Begoña Urroz Ibarrola, que murió a causa de una bomba incendiaria supuestamente colocada por ETA en la estación de Amara (San Sebastián) en 1960. La pequeña, de 22 meses, está considerada como la primera víctima de ETA, aunque la banda jamás lo ha reconocido. El Ayuntamiento de Lasarte-Oria (Guipúzcoa) le rindió un homenaje junto a otras 10 víctimas del terrorismo, ocho asesinados y tres que sufrieron heridas, todos ellos con algún tipo de vinculación con la mencionada localidad.

Jesusa Ibarrola, ya octogenaria, no quiso perderse el primer acto de reconocimiento que recibe la familia como víctima del terrorismo 50 años después del atentado. "La amá ha estado muy tranquila, aunque un poco agobiada por la presencia de tantos fotógrafos", declaró a este diario su hija Begoña, que lleva el mismo nombre de la niña fallecida. "Le ha dado mucha pena que no haya podido estar en el acto mi padre [Juan], ya fallecido, pero colocará la placa junto a su foto", añadió.

La mayoría de las víctimas no quisieron conversar con los periodistas. Se llevaron en silencio el recuerdo que les entregó la alcaldesa, la socialista Ana Urchueguía, y abandonaron el Consistorio. Fue un acto de reconocimiento a la memoria de los asesinados Begoña Urroz, Antonio Huegun, José Javier Urritegi, Alejandro Sáenz, José Herrero, Alfonso Morcillo, Miguel Ángel Blanco y el concejal Froilán Elespe. También fueron recordados Pilar Calahorra, Dominica Navarro y Francisco Fontela, heridos en otros atentados.

Los tres ediles de ANV y el único de Hamaikabat no asistieron al homenaje. En cambio, los dos concejales del PNV, que en su día no apoyaron esta iniciativa cuando se debatió por el pleno municipal, optaron por dejar vacíos sus asientos y se quedaron entre el público en señal de desaprobación con la "utilización política" del acto, aseguró su portavoz, Estitxu Alkorta.

Urchueguía descubrió en los soportales del Ayuntamiento una placa en recuerdo a las víctimas y una reproducción de la flor siempreviva, el distintivo que la Oficina de Atención de Víctimas del Terrorismo del Gobierno vasco quiere convertir en el emblema de apoyo a los muertos por ETA.

Lasarte-Oria se sumó así al Parque de la Memoria, una iniciativa que el Ejecutivo autónomo ha puesto en marcha para identificar los lugares de Euskadi donde la banda terrorista ha dejado su huella macabra. Al homenaje asistieron numerosos representantes institucionales y del PSE-EE y PP.