La constructora de Derio pagó por el solar la tercera parte del precio de mercado
Adquirió 89.000 metros cuadrados urbanizables en 2004 por 7,6 millones
La principal constructora del solar contaminado de Derio, Arco Atlántico, pagó por el suelo casi tres veces por debajo del precio medio de mercado en la fecha de la operación. La empresa formalizó en 2004 la compra de 88.983 metros cuadrados (toda la promoción, que supone 197 chalés, suma 124.000 metros cuadrados) por un total de 7,6 millones de euros. Varios constructores consultados coinciden en señalar que, con esa superficie de suelo y las 100 viviendas que gestiona directamente Arco Atlántico, deberían haber abonado al menos 20 millones de euros. "Esos siete millones son una ganga", recalcó un empresario del sector de la construcción. Arco Atlántico no quiso comentar este asunto.
Las obras, acometidas sin el permiso del Departamento de Medio Ambiente, con casi un centenar de chalés y viviendas prácticamente acabados, llevaron al Gobierno a abrir en julio un expediente sancionador por una falta muy grave (una calificación nada habitual) y a paralizar cualquier trabajo de urbanización en el solar, salvo un área de unos 60 chalés, que se considera limpia.
Arco Atlántico ha asegurado que descubrió la contaminación en 2006, cuando empezó a remover las tierras. Las escrituras de compraventa sobre los 89.000 metros cuadrados, pertenecientes a tres fincas, fueron firmadas el 6 de febrero de 2004 en San Sebastián por el representante de los entonces propietarios, la congregación religiosa de los Hermanos de La Salle, y Arco Atlántico. La venta se cifró en 7,6 millones, que se abonarían a plazos, el último en 2009. Esta cantidad es muy superior a un pacto privado suscrito entre ambas partes en 2001, según figura en el informe de gestión de ese año de la empresa presentado en el Registro Mercantil. Entonces se habla del pago de 530 millones de pesetas (casi 3,2 millones de euros) condicionados a que el terreno, rural, se recalificase. La constructora pagó 240.000 euros en 2001.
El Ayuntamiento de Derio, que ha concedido las licencias para edificar los chalés, había sostenido hasta ahora que se enteró también en 2006 de la existencia de contaminación. Medio Ambiente ha delimitado un área de 24.500 metros cuadrados, la cuarta parte del solar.
Sin embargo, el alcalde, Lander Aiarza, del PNV, sostuvo en una compaecencia pública la pasada semana que recibió en 2003 una notificación del entonces consejero de Medio Ambiente, Sabin Intxaurraga, de EA, de que esa área podía estar contaminada. Un informe de Sanidad y un decreto de la alcaldía de Derio ordenaron en 1994 tapar un vertido líquido, ante lo que el asesor jurídico municipal Luis Escauriaza afirmó: "Nadie dijo que era peligroso".
Arco Atlántico ha reclamado a la congregación religiosa que pague la limpieza del suelo, que expertos cifran en más de cinco millones de euros. Francisco Javier Haya, representante de Hermanos de La Salle, respondió, en una carta el 24 de mayo de 2007, que los residuos depositados allí se realizaron antes de 1980, "teniendo como origen la factoría Olarra, sin que este Instituto recibiera compensación alguna por el vertido".
Haya agregó que, cuando se vendieron sus fincas, no constaba declaración de contaminación del suelo ni ningún requerimiento de la Administración -la ley de Prevención de Contaminación se aplica desde 2005-. Por ello, el religioso sostuvo que "no existe responsabilidad alguna" de la congregación.
Un plan parado
- El expediente de Medio Ambiente obliga a los promotores (además de Arco Atlántico, figura otra constructora y propietarios privados) a elaborar un plan de saneamiento, que ya han presentado al Gobierno, y acometer la limpieza. "Las obras están paradas hasta que no se autorice la excavación y, después, hasta que no se determine la calidad del suelo", dice un portavoz de Medio Ambiente.
- Mientras, los compradores de chalés, que afirman sentirse engañados porque no les informaron de la existencia de un vertedero, han constituido una asociación de afectados.
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