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Sogama liquida una filial por falta de comprador

Tecnoambiente obtuvo ayudas por importe de dos millones de euros

María Fernández

La crisis pasa factura a todos, incluido el sector público autonómico. Uno de los proyectos estrella de la Sociedade Galega de Medio Ambiente (Sogama), que recibió cuantiosos fondos de la Xunta y que pretendía generar biocombustibles en Cerceda a partir de desechos plásticos, se apaga al ritmo que dictan los autos del Juzgado de lo Mercantil número 1 de A Coruña.

Tecnoambiente, en suspensión de pagos desde inicios del año pasado, entra en su fase de liquidación al no encontrar sus principales accionistas comprador para el proyecto. Eso a pesar de que la empresa fue ofrecida a varios grupos inversores por parte de Sogama y del Instituto Galego de Promoción Económica (Igape), ambos presentes en su capital.

La empresa presentó hace un año la suspensión de pagos

La última decisión del titular del juzgado, Pablo González-Carreró Fojón, ha sido dejar sin efecto la convocatoria de junta de acreedores para la sociedad, al mismo tiempo que abre la fase de liquidación, suspende las facultades de sus administradores y decreta la disolución de la firma medioambiental. La decisión del juez tiene su origen en los propios accionistas, según aclaran desde la Consellería de Medio Ambiente, que achacan la liquidación a la falta de comprador.

Un año ha durado la aventura de Tecnoambiente en los juzgados. En el camino desde su creación recibió ayudas públicas desde diversos frentes. Para tomar el control del 20,7% del capital de Tecnoambiente, el Igape destinó en 2006 un total de 313.000 euros a través del fondo de capital riesgo Emprende. A mayores aprobó ese mismo año una subvención de un millón de euros, para acometer una inversión total de 4,5 millones. Sogama participaba en la compañía con un 10%, que junto al paquete del Igape iguala a su mayor accionista individual, el empresario Epifanio Campo.

La entonces Consellería de Industria, a través de los fondos Feder, había apoyado con 252.000 euros en subvenciones a Tecnoambiente. También recibió fondos desde el Ministerio de Industria, que le otorgó 218.400 euros.

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El Igape y Sogama, de forma coordinada con los administradores concursales, buscaron durante el año pasado un socio tecnológico o un comprador para la compañía en suspensión de pagos. La empresa fue ofrecida, entre otros, a Cespa, filial de Grupo Ferrovial, sin que fructificasen las negociaciones. El Igape, según el departamento que dirige Agustín Hernández, fue el organismo más activo en la búsqueda de un comprador.

Tecnoambiente estuvo presidida hasta mediados del año pasado por el que fuera director general de Industria, Joaquín del Moral, en sucesivos gobiernos de Manuel Fraga. Con Del Moral al frente presentó concurso de acreedores voluntario con un pasivo de 4,3 millones de euros, prácticamente el importe destinado a la que iba ser una innovadora planta de producción de biocombustibles. Su activo estaba cifrado en siete millones, que ahora habrá de ser liquidado de forma ordenada entre sus acreedores.

Entre ellos se encuentran Caixa Galicia, con unos 600.000 euros, a quien le siguen Caixanova, el Banco Gallego (del que Epifanio Campo es accionista), la constructora Abeconsa y la firma Tecnología e Innovación del Plástico (TIP). Gran parte de los créditos concedidos a Tecnoambiente tienen su origen en la financiación del proyecto y en el adelanto de subvenciones procedentes de diversos entes.

Entre ellos están los otorgados por el propio Igape, la Consellería de Innovación y los destinados a zonas mineras en proceso de reindustrialización, como Cerceda, donde está ubicada su planta.

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Sobre la firma

María Fernández
Redactora del diario EL PAÍS desde 2008. Ha trabajado en la delegación de Galicia, en Nacional y actualmente en la sección de Economía, dentro del suplemento NEGOCIOS. Ha sido durante cinco años profesora de narrativas digitales del Máster que imparte el periódico en colaboración con la UAM y tiene formación de posgrado en economía.

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