Valencia descubre su potencial como centro tecnológico

La segunda edición, breve, de la regata por la disputa de la Copa del América en aguas de Valencia congregó ayer a empresarios suizos y americanos, del Norte y del Sur, en una jornada dedicada a analizar las posibilidades que ofrece Valencia y su entorno para albergar el centro tecnológico, el hub tecnológico, del Mediterráneo.

Francisco Camps, presidente de la Generalitat, atendió en primicia las expectativas de la delegación empresarial que acudió al Palau de la Generalitat de la mano de Francisco Pons, presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios.

Vicente Rambla, vicepresidente primero, se apresuró a comentar que "el Consell trabaja para convertir la Comunidad Valenciana en un enclave estratégico internacional en el que se puedan desarrollar proyectos empresariales y tecnológicos".

La diligencia del vicepresidente contrasta con el escaso eco que tuvo entre la Administración autonómica la misma iniciativa hace tres años, con ocasión de la primera edición de la Copa del América en 2007. La crisis financiera internacional apenas se presentía entonces. Pero las cosas han cambiado.

El empresario suizo de origen español Carlos Moreira, presidente de la empresa de seguridad informática Wisekey, patrocinador del Alinghi e impulsor del hub tecnológico del Mediterráneo, moderó poco después una mesa redonda pública con invitados del más alto nivel para analizar y subrayar "la gran potencialidad" de Valencia.

El formato informal de la mesa, el debate bilingüe y la calidad de los ponentes resultó refrescante. Los valencianos celebraron la calidad de la innovación en varios sectores industriales tradicionales. Los extranjeros invitaron a mirar más lejos, a pagar por el talento, a invertir en ideas.Francisco Pons, presidente de AVE y anfitrión de la jornada abierta al público, subrayó el atractivo de la propuesta por convertir Valencia en el centro tecnológico del Mediterráneo, por importar talento para generar empatía, "para salir de la atonía económica en que nos encontramos".

Moreira coordinó la mesa redonda para intentar definir qué ofrece Valencia en la actualidad como centro tecnológico, qué debe importar y cómo se financiaría ese tránsito. Lo único que quedó meridianamente claro fue lo más complejo. "El dinero va donde hay ideas", sentenció Leonard Schrank, gerente de la Sociedad Mundial para las Telecomunicaciones Interbancarias, iniciales en inglés del código SWFIT para transacciones internacionales, durante 25 años.

Rafael Aznar, presidente de la Autoridad Portuaria de Valencia, subrayó la importancia del primer puerto del Mediterráneo, sus buenas conexiones con Shanghai y su apuesta por facilitar los trámites aduaneros a los cargueros a través de plataformas tecnológicas.

Claude Beglé, ex presidente del servicio postal suizo y experto en logística internacional, destacó la tarea desarrollada por el puerto de Valencia hasta la fecha y subrayó el papel que puede desempeñar como "puerta de entrada" de toda América Latina en Europa.

Mario Garnero, presidente de Brasilinvest y gran promotor de la producción de bioetanol, apuntó cómo Brasil ya es autosuficiente en materia energética y cómo California intenta establecer rutas de transporte para evitar que todo el bioetanol de producción brasileña que llega a Estados Unidos se quede en Florida, en la Costa Este.

Pero si la logística es fundamental, el suizo Beglé puso el acento en la movilidad del talento. "El capital intelectual es móvil", recordó, "hay que atraer inmigración inteligente. Tienen ustedes universidades, sol y mar, pueden replicar el estilo de vida de la Costa Oeste de Estados Unidos".

Cuando Moreira quiso que Cristina del Campo, directora de la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunidad Valenciana, o Francisco Pons citaran las empresas valencianas con más posibilidades de convertirse en "el próximo Google", un vertiginoso caso de éxito tecnológico, ambos evitaron aventurarse. Del Campo invocó su papel institucional para defender las grandes innovaciones alcanzadas en los distintos sectores industriales afianzados en la Comunidad Valenciana como única garantía de su supervivencia. "Innovar para sobrevivir".

Pons citó Mercadona como un caso de excelencia empresarial que impulsa la industria agroalimentaria en su conjunto. Y Moreira extrajo la conclusión: "En ambos casos, la innovación es la vía para mantener las cosas como son, el statu quo, pero tal vez el futuro no tenga nada que ver con los sectores tradicionales". Sí concedió que "la industria agroalimentaria jugará un papel clave para resolver problemas alimenticios".

Philippe Doubre, secretario del World Trade Center de Ginebra, presentó las posibilidades que ofrecen unas oficinas que se pueden alquilar por días, semanas o meses en los más importantes centros de negocios del mundo y vinculadas a una organización con presencia en 330 países que gestiona, deslizó, 18 centros en China.

Moreira se permitió apuntar que la sede de un WTC no es lo importante, sino su contenido.