La brecha del paro se agiganta
Andalucía ha pasado en dos años de contemplar posible el pleno empleo a un acelerado incremento del paro en 13 puntos, hasta sobrepasar el millón
No hace ni dos años que se celebraron las últimas elecciones autonómicas a la que los dos partidos mayoritarios acudieron con un mismo compromiso, conseguir el pleno empleo a lo largo de la legislatura, todo un hito en Andalucía. No es que lo que siempre había sido una quimera de pronto se hiciera fácil, pero hace 24 meses al menos podía enfocarse el asunto dentro de la categoría de posibles. La comunidad había vivido una década prodigiosa de crecimiento económico, y el año 2007 se había cerrado con una tasa de paro del 12,7%, sólo a ocho décimas del mínimo histórico y con la diferencia más estrecha que nunca respecto al paro nacional. "Es razonable, lógico y nada voluntarista", consideró el entonces presidente de la Junta, Manuel Chaves.
Dos de cada tres puestos perdidos son en el sector de la construcción
Manuel Pimentel: "Ni en mi peor pesadilla lo podía sospechar"
Pero se ha precipitado el cataclismo. La crisis económica ha sido especialmente cruel con el mercado laboral y Andalucía ha atravesado un periodo de destrucción de empleo sin precendentes históricos en cuanto a su intensidad y rapidez. En menos de dos años la tasa de paro se ha disparado hasta el 26,41%, la segunda más alta de España tras Canarias, y por primera vez el número absoluto de desempleados supera ya el millón. No es ya que el pleno empleo vuelva a ser una quimera, sino que los analistas no vaticinan que en unos cuatro años haya tasas de crecimiento.
"Ni en mi peor pesadilla podía haber sospechado que volviéramos a estas tasas de paro", se sorprende el ex ministro de Trabajo Manuel Pimentel, que considera que estamos en una situación de "emergencia nacional" que requiere medidas "inmediatas".
La misma incredulidad confiesa el presidente del Observatorio Económico de Andalucía, Joaquín Aurioles, que considera la situación tan al límite que avisa contra las tentaciones de "convertir un dato malo en positivo por el hecho de que alguna vez hubo otro peor". De poco sirve recordar que hace 15 años el paro llegó al 34,9%. En 12 años la tasa se redujo en más de 22 puntos, pero la realidad actual es que en apenas dos ejercicios, ha crecido más de 13 y que el diferencial con España vuelve a ensancharse hasta casi nueve, aunque durante 2008 haya sido la segunda comunidad tras Extremadura con menor crecimiento del desempleo.
Desde enero de 2008, el número de ocupados ha disminuido un 10%, hasta quedarse en 2.893.500. Es muy significativo que dos de cada tres de estos empleos perdidos sean en la construcción. Ahora trabajan en él 269.100 obreros, cuando hace dos años eran 485.200, un 44% más. El consejero delegado de Analistas Económicos de Andalucía, Francisco Villalba, no se muestra tan sorprendido por esta brecha. "Se veía que vivíamos en la burbuja inmobiliaria, pero esperábamos un aterrizaje más suave; el problema es que la crisis financiera internacional ha hecho que el frenazo sea de golpe y ha puesto al descubierto todas nuestras vergüenzas, llevamos años diciendo que hay que diversificar la economía , pero hemos hecho poco, especialmente en I+D y formación", incide.
Pimentel explica que además de la burbuja inmobiliaria y la crisis financiera, la economía andaluza arrastra un grave problema por su baja productividad. "Tenemos que cambiar mucho el paradigma mental de todo, hemos perdido nuestro petróleo y tenemos que echarle imaginación para encontrar otro", explica y apunta como claves de futuro la innovación y la externalización de la economía, mientras que a corto plazo entiende que sólo el "san bendito turismo de siempre" sostendrá la economía.
También Aurioles vaticina tiempos difíciles porque entiende necesarias reformas que tendrán efectos duros. "La sostenibilidad social no es posible sin la sostenibilidad económica", alerta. "Es difícil pensar que la situación pueda degenerar más, pero tiene que haber reformas que cambien las reglas del juego", y aboga por la flexibilidad de la negociación colectiva y salarial, para que se consideren las peculiaridades de cada empresa, políticas de empleo más eficaces, e incorporar más base industrial al sistema productivo. Villalba aboga por reformas no sólo en el ámbto laboral, también para "eliminar rigideces" en sectores excesivamente regulados como el comercio y la distribución.Puede resultar llamativo que con más de la cuarta parte de la población activa en paro, el equivalente por ejemplo a los habitantes de la provincia de Cádiz, apenas haya conflictividad social. Los datos del paro ocultan desde luego una importante bolsa de economía sumergida que Analistas Económicos de Andalucía cifra en hasta un 10% de los desempleados oficiales.
Además, el sistema público de asistencia ha permitido, al menos hasta ahora, dar cobertura con el subsidio a la mayoría de los parados, como explica Eduardo Moyano, director del Instituto de Estudios Sociales Avanzados de Andalucía (IESA), Eduardo Moyano. Moyano llama además la atención sobre otro fenómeno que tiene que ver con la estructura familiar de Andalucía, "muy protectora con los suyos y que mantiene a los jóvenes de forma muy prolongada", algo que dice es característico de las sociedades del sur.
Todo ello explica la paz social e incluso que apenas se haya resentido el poder adquisitivo de las familias. Moyano llama la atención sobre unos datos aparentemente contradictorios de la última encuesta del IESA. Y es que mientras que un elevadísimo porcentaje de andaluces lamenta que la situación social y económica es muy mala; consideran en cambio mucho más favorable su propia situación personal.
Para el Defensor del Ciudadano de la Provincia de Málaga, Francisco Gutiérrez, la familia actúa como "colchón amortiguador de la realidad social". Recuerda que la crisis de los primeros años 90, con el cierre de numerosas industrias que vivió como secretario de CC OO, tuvo efectos sociales "brutales" y hubo una gran conflictividad en la calle.
Explica que los jóvenes, uno de los colectivos más afectados por la actual crisis, encuentran refugio en las casas de sus padres, incluso han regresado quienes se habían independizado. Pero al mismo tiempo llama la atención por el colectivo de parados de más de 40 años que "igual ya no tienen oportunidad de incorporarse al mundo laboral y que viven de forma muy inestable con las prestaciones sociales que algún día agotarán". Y alerta de que muchas instituciones de asistencia social están "sobrepasadas".
El ex ministro Manuel Pimentel avisa de que "hay que prepararse para vivir una etapa dura" porque las coberturas del desempleo se irán agotando, las ayudas sociales tendrán que recortarse, y se va a crear poco empleo.
"Nos esperan unos malos", insiste Moyano, que asegura que "la marea aún no ha llegado a la clase media".
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