Zamora, ganada en un día
Buena mesa, hoteles en palacios históricos y arquitectura contemporánea. Del Museo de Zamora al Etnográfico, en una década la ciudad ha envuelto su malla medieval con cristal, acero y diseño
No se ganó Zamora en una hora. El refrán, uno de los más populares del castellano, alude al histórico asedio de 1072, pero también al alma de la ciudad (si es que las ciudades tienen alma). Desde la era del romancero, a Zamora la asedia la literatura: Unamuno, Blas de Otero, León Felipe, Claudio Rodríguez. Pero no se le fue la musa al cielo. Echó pronto a caminar hacia la modernidad (muchos se extrañan al saber que forma parte de la Red de Ciudades Modernistas de Europa). El cambio se ha acelerado en los diez últimos años; no el skyline, pero sí la musculatura urbana ha declinado las mallas medievales y guerreras para envolverse en cristal, aluminio y destacable arquitectura. También su pulso ha mudado; no por vía de aquella jocosa Comuna Independiente de Zamora que defendía el catedrático y paisano Agustín García Calvo, pero sí por una movida cultural importante.
09.00 La ciudad, en bandeja
Es la sensación que se tiene al contemplarla desde las almenas del castillo (abre a las 10.00, los jardines, a las 8.30). El castillo (1) es el germen y el disco duro de Zamora, pero estaba cerrado hasta el verano pasado. Se ha restaurado la ruina, se ha musealizado, se realizan visitas guiadas, y desde allí se cierne la ciudad entera y su campiña. En los jardines se acaba de abrir el Museo Baltasar Lobo (www.mbaltasarlobo.com; 980 53 61 35), escultor zamorano (1910-1993) emigrado a París cuando la Guerra Civil; allí fue alentado por Picasso, que influyó en sus dibujos, pero sus esculturas se acercan más a las formas desnudas de Arp o de Brancussi.
10.30 Claves medievales
Pegada al castillo se empina la catedral (2), que se visita, por su opulencia, como un museo (no en horas de culto); lo más notable: la colección de tapices flamencos. La cúpula gallonada al estilo bizantino es un icono imbatible. El barrio alto de la catedral está desconocido desde los arreglos que se hicieron con motivo de la edición, en 2001, de Las edades del hombre. Por un acuerdo con el obispado, 12 iglesias románicas se pueden visitar de forma gratuita (de 10.00 a 13.00 y 17.00 a 20.00). La génesis medieval se puede rastrear en el reciente Centro de Interpretación de las Ciudades Medievales (3) (cuesta de Pizarro, entrada libre), un edificio de cristal de Rafael Berches aprovechando una brecha en la muralla; es, además, un estupendo balcón sobre el Duero.
12.00 Con sello de Tuñón y Mansilla
Abierto hace unos diez años, el Museo de Zamora (4) (plaza de Santa Lucía, 2; 980 51 61 50; abre de 10.00 a 14.00 y de 16.00 a 19.00; domingos, sólo por la mañana; entrada, 1,20 euros) supuso todo un hito. Los arquitectos Tuñón y Mansilla injertaron un cubo de líneas diáfanas entre la fachada renacentista del Palacio del Cordón y la iglesia románica de Santa Lucía, transformando el barrio. El museo es un must por el edificio en sí, pero además guarda mosaicos romanos y piezas (como el tesoro celtíbero de Arrabalde) de gran interés. Muy cerca, en el barrio de Horta, se ha llevado a cabo una metamorfosis pareja y reciente; el zamorano Francisco Somoza (el mismo que dirigió las obras del castillo) ha ensamblado la iglesia románica de Santa María, dos conventos renacentistas contiguos, la Fábrica de la Luz, una alcoholera (con su chimenea) y una construcción de nueva planta para crear el hotel NH Palacio del Duero (5) (plaza de la Horta, 1; www.nh-hoteles.es).
13.30 Toca bacalao a la tranca
La cuesta de Balbarraz (6), con tipismo de postal y tiendas de artesanía, nos devuelve a la parte alta, a la plaza del Ayuntamiento (7) renacentista. Por allí se encuentran los bares de tapeo más preciados, como No se lo Digas o Los Abuelos (en la plaza Mayor), La Manzana Verde (enfrente, en la calle de la Reina, buen sitio además para comer) o Viriato (en la calle Viriato, al lado). Si se quiere una comida solemne, El Rincón de Casa Antonio (8) ofrece cocina de autor, cara (Rúa de los Francos, 6; 980 53 53 70). Comida típica (bacalao a la tranca, arroces, lechazo) en Casa Cipri (9) (Juan II, 3; 980 51 58 71) o en Serafín (10) (plaza del Maestro Haedo, 10; 980 53 14 22; buena relación calidad precio). La Vinícola, comedor del NH (con pintura de los ochenta), y el Parador (11) (plaza de Viriato, 5; 980 51 44 97) han revisado la tradición y logrado una atmósfera cálida.
17.00 Tres molinos junto al Duero
La digestión puede hacerse en el viejo Casino (12) (calle Santa Clara) o trasteando por tiendas de productos de la tierra, como La Despensa y Cosas de Aquí (13) (ambas, en Ramos Carrión), o Aperos y Viandas (14) (Rúa de los Notarios, 2). Más que nada, para hacer tiempo a que abra el Museo Etnográfico de Castilla y León (15) (calle del Sacramento s/n; de 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00; www.museo-etnografico.com; 3 euros). El edificio, en pleno centro, parece una montaña ligera como una nube; el arquitecto Roberto Valle ha envuelto en arenisca y aluminio un hospicio de los Austrias que fue luego fábrica de tejidos. Terminada la visita bajamos hasta el Duero. A un lugar donde se narra su epopeya: las Aceñas de Olivares (16). Aceñas (molinos) quedan varias, pero estas "tres en raya" del barrio de Olivares acaban de ser musealizadas. En la orilla opuesta crecen los juncos donde tiene final trágico El Sur, de Víctor Erice; prolonga esa maleza el arenal que llaman playa de los Pelambres, alias Benidorm, con sus merenderos.
19.00 Hora de solazarse
Cruzando el Puente de Piedra se llega a la Fundación Hispanolusa Alfonso Enríquez (17), donde puede haber conciertos, conferencias o teatro; el arquitecto Manuel de las Casas ha mezclado las piedras arruinadas del viejo monasterio de San Francisco con hierro oxidado, que empasta bien con el color de la ciudad. Para ver algo en el teatro Carrión habrá que esperar unos años; el equipo de José Morales está rehaciendo el coliseo dedicado al paisano Miguel Ramos Carrión (1848- 1915), libretista de zarzuelas como Agua, azucarillos y aguardiente o La bruja. Pero sí funciona el teatro Principal (18). En verano, Las noches de Viriato llenan de jazz la plaza homónima, y algunos actores se estoquean por las calles céntricas. Copeo y tertulia de tarde, en Aureto - (plaza de Viriato).
22.00 Larga es la noche
El copeo nocturno se polariza en dos zonas "calientes": en torno a la plaza Mayor, Ópera Café o Jalisco (plazuela del Fresco), Molly (calle de los Herreros) o La Rúa (calle de Ramón Álvarez); en la zona llamada "de los lobos" (Alfonso de Castro y aledañas (19)), Lobo y Bambú (pida tiberios y perdices, sorpresa). Para dormir, el NH Palacio del Duero (plaza de Horta, 1; 980 50 82 62, www.nh-hotels.com) y también el AC Zamora - - - (20) - - (avenida del Príncipe de Asturias, 43; 980 55 79 40; www.ac-hotels.com) ofrecen un ambiente moderno y refinado. Tradicional: el parador Condes de Alba y Aliste (plaza de Viriato, 5; 980 51 44 97; www.paradores.es), en el palacio condal renacentista, y el Meliá Horus Zamora Boutique - 21 plaza del Mercado, 20; 980 50 82 82; www.solmelia.com), que ocupa la mansión de los Bobo, de 1916.
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