Capello defenestra a Terry

Inglaterra entera llevaba días debatiendo el asunto: ¿Debía Terry ser desposeído de la capitanía de la selección por su romance con la ex compañera de Bridge, un colega del equipo nacional y antes del Chelsea? Sí, decidió ayer el seleccionador, Fabio Capello. El muy católico entrenador italiano no ha se ha ido por las ramas pero tampoco parece haberse dejado influenciar de manera decisiva por su propia moralidad: el peligro de que el debate nacional se trasladara también al vestuario parece haber sido el elemento definitivo en su decisión. Y le bastaron 12 minutos de conversación ayer con Terry, cara a cara en Wembley, para tomar una decisión que ha querido madurar durante toda la semana. Ferdinand (Manchester United), segundo capitán de Inglaterra, será su sustituto.

Es difícil hacerse una idea acerca de la importancia que la selección nacional de fútbol tiene para los ingleses. El país apenas ha salido de su peor recesión desde la Gran Depresión, el Parlamento atraviesa una de sus mayores crisis de credibilidad con la mitad de sus diputados obligados a devolver dinero por cobrar gastos que se han considerado excesivos y los partidos políticos afilan los cuchillos ante unas elecciones generales que dentro de tres meses podrían provocar un cambio de Gobierno. Pero el futuro de Terry como capitán centró el jueves buena parte del programa político de la BBC más seguido del país, Question Time. Y hasta el primer ministro, Gordon Brown, intervino ayer para pedir a los ingleses que respeten la decisión tomada por Capello. En su contra han jugado, en los debates públicos, los ingresos publicitarios que la capitanía de Inglaterra le generaban a Terry. Y también su penoso historial de juergas, borracheras y sospechadas infidelidades conyugales anteriores.

"Qué es lo mejor para Inglaterra ha inspirado mi elección y Terry ha sido el primero en saberlo", dijo ayer Capello.