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Reportaje:

25 años de convivencia sin la Verja

La conmemoración de los 25 años de la reapertura definitiva de la Verja que separa Gibraltar de La Línea de la Concepción (Cádiz) pasó de forma desapercibida entre los habitantes de la colonia británica y alrededores. Ayer, sólo los medios de comunicación recordaron que fue el 5 de febrero de 1985 cuando el Gobierno de Felipe González ordenó de forma definitiva abrir ese paso fronterizo, que el dictador Franco había cerrado el 8 de junio de 1969 como represalia por la aprobación de la Constitución de Gibraltar.

Los 13 años que la Verja estuvo cerrada implicaron la separación física entre familiares, que sólo pudieron mantener el contacto con mensajes a través de la valla. El paso de personas se restableció el 14 de diciembre de 1982 y la apertura definitiva llegó tres años después.

"Es imposible que caiga como cayó el muro de Berlín", dice Joe Bossano

Desde aquel 5 de febrero de 1985, el Peñón ha ejercido un impacto económico importante sobre la comarca del Campo de Gibraltar. Las empresas de Gibraltar importan mercancías y servicios desde España y los trabajadores fronterizos españoles ganan un dinero que luego gastan en la comarca. Además, los residentes de Gibraltar compran a diario en España e, incluso, tienen sus segundas residencias en el Campo de Gibraltar. La apertura de la Verja provocó que con el tiempo el valor de la propiedad en la comarca aumentase hasta un 40% por su proximidad a la colonia británica.

Joe Bossano, ex ministro principal de Gibraltar y líder del GSLP (Gibraltar Socialist and Labourist Party), el principal partido de la oposición en el parlamento gibraltareño, lleva 40 años dedicados a la política y otros 25 al sindicalismo en La Roca: "El cierre de la frontera benefició a los trabajadores de Gibraltar, porque en contra de lo que se pueda creer, conseguimos desde los sindicatos que sus sueldos se equiparasen a los de los trabajadores del Reino Unido (...) Eso no ha ocurrido nunca, en ninguna otra colonia en el mundo". Bossano sostuvo ayer que "es imposible que la verja caiga como cayó el muro de Berlín": "Si eso pasa, es porque estaremos hablando de una Europa totalmente distinta de la que conocemos hoy, porque los problemas del mundo, tanto ambientales como económicos, son tan graves que hoy es más difícil que nunca predecir el futuro".

Mientras tanto, el ministro principal de Gibraltar, Peter Caruana, insistió ayer en su intención de mantener el diálogo con España, siempre y cuando no se ponga sobre la mesa el contencioso sobre la soberanía del Peñón. Caruana abogó por mantener la fórmula del Foro Tripartito que promovieron los gobiernos de España, Reino Unido y Gibraltar en el año 2004. "Deberíamos preocuparnos para que el foro tripartito -que es la única vía para manejar nuestras relaciones- continúe, haya en el gobierno el partido que haya".

Veinticinco años después, la apertura de la verja es más historia que nunca, sobre todo cuando la frontera física y moral que suponía en aquellos años ha quedado totalmente superada por quienes conviven a diario a ambos lados de la valla con normalidad.

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