Batalla campal en el 'late night'
David Letterman estará contento. Hace meses, antes de que Tiger Woods se hiciese con la patente del concepto, un intento de extorsión reveló que la estrella nocturna de la CBS había mantenido relaciones adúlteras con algunas de sus subordinadas. El tema se hizo célebre en la prensa americana y la cadena llegó a investigar a los implicados. Letterman parecía acabado. Poco después, exactamente hace un mes, llegó un problema de los de verdad: The Jay Leno show, el intento de la NBC de reubicar a su presentador estrella a las 22.00, estaba perdiendo audiencia a chorros. Su eterno rival, Letterman, que semanas antes bajaba la cabeza en su programa, hace ahora chistes acerca de esto mientras ya nadie recuerda sus faltas. Estados Unidos inventó el pezóngate, pero siempre acaba demostrando que hay ciertos problemas muchísimo más caros que la moralidad.
La (falta de) audiencia estropeó un relevo entre presentadores inicialmente amistoso
La historia va así: el pasado junio la NBC decidió pasar a Jay Leno al prime time. Un show de entrevistas y análisis de la actualidad era más barato de producir que cualquier ficción y, además, temían que Leno estuviese envejeciendo y espantando al público joven. Conan O'Brien se hizo cargo entonces de The tonight show, el tercer programa más longevo de la historia (comenzó en 1954) y cuyas responsabilidades se habían repartido prácticamente Leno y el fallecido Johnny Carson durante 50 años, en los que no habían faltado los líos. Cuando el legendario Carson se retiró en 1992 dio lugar una batalla entre David Letterman y Jay Leno para sustituirlo, que llegó a inspirar un libro y una película de HBO al respecto (estrenada en cines españoles con el mediocre título Los reyes de la noche). Letterman acabó largándose a la CBS cuando la NBC se decidió por Leno. Esta vez la antorcha se había pasado de forma más amistosa: el propio Leno optó por O'Brien, que durante años había presentado The late night show, el programa que seguía al suyo en la parrilla de la NBC, como su sucesor. Fueron los espectadores los que estropearon tan idílica escena.
Las audiencias resultaron decepcionantes tanto para Leno en su nuevo horario como para O'Brien en sus labores de sustituto en The tonight show. La NBC cortó por lo sano y borró de un plumazo los últimos meses: The Jay Leno show se trasladaría a las 23.30 y The tonight show, a las 0.35, el horario más tardío de su historia. Pero Conan se negó. "Mover a la madrugada el programa es dañar uno de los espacios históricos de la televisión. A las 0.35, The tonight show dejará de ser The tonight show", declaró a The Hollywood Reporter. Tom Hanks, Rosie O'Donnell y los internautas (que sí, ya tardaban en aparecer en esta historia) se pusieron a su favor. Jay Leno quedaba como el malvado para una sociedad siempre necesitada de uno: tras fracasar en su nuevo horario, arrebataba su antigua franja al hombre al que se la había entregado. Y además, apuntan muchos, la audiencia de O'Brien era baja porque arrastraba los pobres resultados del programa de Leno.
O'Brien tenía dos opciones: aceptar su nuevo horario o irse de la cadena. Optó por retirarse tras el reinado más corto en la historia del programa y 45 millones de dólares bajo el brazo. En una entrevista a Oprah Winfrey, Jay Leno admitió que ni le ha llamado desde que empezó la polémica y que en su trabajo hay que estar acostumbrados a las bromas al igual que los luchadores lo están a los golpes.
"A la gente joven que me vea sólo le pido una cosa: nunca seáis cínicos", dijo Conan O'Brien en su despedida del 22 de enero. "Odio el cinismo, de hecho es mi cualidad menos favorita". Ese día el programa tuvo una de las audiencias más altas de los últimos años.
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