"Fiabilidad y rendimiento"
Alonso modera la euforia y deja claro que todavía no puede asegurar que tenga realmente un coche ganador
Desde que firmó su último contrato, esta vez con Ferrari, en septiembre de 2009, Fernando Alonso ha reconocido varias veces haber contado los días que faltaban hasta ayer, hasta el momento en el que al fin pudo sentarse al volante de su nuevo F10 y así sentir en toda su grandeza lo que supone formar parte del equipo más popular de la fórmula 1.
Según confesó una vez que se bajó del bólido, Alonso había pensado mucho en ello durante la noche previa. Pero luego, una vez que se metió en faena, la jornada se le pasó volando. En parte, porque tenía mucho tute por delante. Había que adaptarse a las medidas y a los comandos funcionales de su nuevo monoplaza y después tratar de entender cómo se comporta el vehículo, cómo tiene que conducirlo uno para poder comenzar a exprimirlo a fondo.
"Ha sido un día muy emocionante. Llevaba meses, desde septiembre, pensando en él. No veía el momento de empezar", insistió Alonso, engullido por un enjambre de más de 40 micrófonos y cámaras de fotos y de televisión, dentro de la carpa que Ferrari había instalado en la trastienda del circuito de Cheste.
"No voy a arriesgarme a decir si el coche es realmente ganador o no porque todavía es demasiado pronto para saberlo. Hoy tenía demasiadas cosas que probar porque todo era nuevo para mí. He tenido que ajustarme el asiento, el casco, los pedales..., y tratar de entender cómo funcionan los frenos Brembo porque nunca antes los había usado [Renault, su equipo anterior, emplea Hitco]", añadió el piloto español.
La brillantez con la que se manejó en el asfalto hizo que la mayoría de las preguntas que se le hicieron girasen entorno a si el Ferrari puede considerarse uno de los posibles aspirantes a ganar el título mundial, pero él prefirió enfriar los ánimos y optó por un discurso moderado. "Es verdad que [tanto Felipe Massa como yo] hemos dominado en los tiempos. Pero puede que fuera porque los demás iban con los depósitos de combustible más cargados. O puede que no, que nuestro coche sea realmente competitivo. Pero, en cualquier caso, aún no quiero afirmar si es ganador. El año pasado [con Renault], las primeras sensaciones también fueron buenas y después, en la competición, pocas veces pudimos clasificarnos para la Q3", advirtió.
"En primer lugar, tenemos que conseguir fiabilidad. Cuando tengamos eso, entonces, en los ensayos de Jerez [las dos próximas semanas] o en los de Montmeló [del 25 al 28 de febrero], comenzaremos a llevar el coche al límite para ganar prestaciones", ahondó el campeón del mundo en 2005 y 2006 con Renault.
Todo su discurso tenía como misión rebajar la euforia que generaron a su alrededor las pantallas de tiempo. Optó por ensalzar el grandísimo trabajo de puesta a punto del bólido que, según dijo, hizo su vecino de taller durante las jornadas del lunes y el martes. "Me he encontrado muy cómodo en el coche desde el primer momento. Eso se lo debo a Felipe, que lo ha dejado a punto. De este modo, no he tenido que volverme loco buscando los reglajes y he podido centrarme en lo mío, en seguir aprendiendo y adaptándome. Ésa es una de mis virtudes. Otra cosa será saber si podré sacarle el ciento por ciento de su rendimiento. En estos momentos es muy pronto. No estoy en condiciones de hacerlo", matizó.
A pesar de la precaución que quiso exhibir Alonso al juzgar su puesta en escena, los demás pilotos con los que coincidió sobre el asfalto consideraron significativo el tiempo que registró. "Le he visto y ha sido impresionante. Que se haya subido por primera vez al Ferrari y haya marcado ese tiempo es brutal", le piropeó Pedro Martínez de la Rosa (Sauber), que completó 80 vueltas y fue el segundo más veloz, a seis décimas del ovetense.
"Sabemos que el Ferrari es competitivo, pero no sabemos cuánto. Es evidente que él es bueno porque, de lo contrario, no habrían podido marcar estos tiempos. Pero no sabemos cuánta gasolina llevaban", consideró Jenson Button, que ayer se estrenó con el McLaren y se anotó la quinta mejor vuelta. "Me ha impresionado", se limitó a decir Michael Schumacher (Mercedes), el tercero más rápido del día.
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