Entre la participación y la protesta

La historia de la economía social y de los grandes cambios políticos en los últimos 30 años se puede leer también a partir de los avances, las tensiones y, en determinados momentos, del estancamiento del movimiento de padres y madres de la escuela pública. Así lo acreditan cientos de documentos desde el nacimiento de la federación valenciana de padres y madres de la escuela pública FAPA-Valencia en 1977 y la batería de leyes estatales y normas educativas que han ido moldeando el sistema educativo valenciano y, por ende, el español en las últimas tres décadas.

Isabel Magalló y Xosé Manuel Souto, dos profesores de Geografía e Historia de Secundaria, emprendieron en 2006 la aventura -"inédita en España", a decir del catedrático de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, Rafael Feito- de sumergirse en la historia de FAPA-Valencia. Un movimiento asociacionista para estrechar el vínculo de las familias con la escuela, que empezó a andar en Valencia de la mano de la activista social Clara Asencio (que procedía de la clandestinidad política) y cuya fuerza creció durante la legalización de los partidos políticos, la llegada de la democracia y la apertura a la participación social de los padres, alumnos y profesores consagrada en la Constitución.

El libro, que por fin se presentó anoche, tenía que haberse lanzado en abril

"Hemos encontrado unas actas maravillosas en el colegio Luis Vives, de que en esa época, las madres empezaban sus reuniones rezando", comenta en entrevista Souto. El autor describe la publicación de FAPA-València. La història d'un moviment d'AMPAS i de pares i mares (Editorial Nau Llibres) como "un ensayo que avanza líneas de interpretación de la sociedad valenciana, porque está avalado por documentos públicos".

Se trata de un trabajo de catalogación e investigación, iniciado hace cinco años bajo presidencia de Carmen Molina, que ha contado con la ayuda de "una de los miembros más antiguos", Encarna Salvador, la desaparecida secretaria general Paqui Pallàs y la consejera Carmen Rosales, según escribe en el prólogo la actual presidenta, Gemma Piqué. Piqué, que además se encargó de la portada, al parecer ahora "no está de acuerdo", confirma Souto. Un portavoz de la actual ejecutiva de Piqué explicó que el libro no ha sido autorizado por el consejo de gobierno.

Souto reflexiona con "tristeza": "Desde que Piqué paró la presentación, el pasado 23 de abril en la Feria del Libro, no me ha comentado nada más". El autor se remite a "la historia del movimiento de padres, marcada por el conflicto entre dos posiciones: la de una gestión reivindicativa y otra, más institucional", que en varias etapas ha pactado con las administraciones, sin las AMPAS.

La "instrumentalización política de FAPA" -común a todos los movimientos, puntualiza Magalló, desembocó en tres asambleas cruciales. La de L'Olleria en 1981, la de Xàtiva en 1999 y la más reciente y la de la recomposición estatutaria en 2004, cuando José Vicente Higón desbancó a Toni Garcés, porque llegaba a acuerdos ocultos con el ex consejero Manuel Tarancón.

Souto admite "con frustración que después de tantos años de la crisis de Xàtiva, con un movimiento dividido por las mismas dos posiciones y los personalismos, el conflicto no se ha superado", en referencia a Piqué, que anoche estaba invitada a la presentación y no acudió. El movimiento de padres se debate entre lograr un "equilibrio" entre la participación institucional -que "no connivencia"- y la reivindicación.

"La valoración de la historia de FAPA es muy positiva, porque demuestra que es capaz de lograr la movilización ciudadana, en alianza con otros movimientos", como se vio en 2009 cuando el Consell quiso boicotear la materia de Educación para la Ciudadanía traduciéndola al inglés, y se paró en las calles y en los tribunales.

La misma ejecutiva de Piqué, que pactó alianzas y logró movilizar, ha paralizado la distribución de 2.000 ejemplares del libro, según el relato emocionado de Paqui Viciedo, viuda del histórico activista de FAPA, Carlos Costa.