Busquets, el futbolista moderno
El medio centro del Barça acapara tantos elogios en su propio equipo como en los rivales
En la primera temporada como técnico del Barça, Frank Rijkaard alivió sus quebraderos de cabeza con Edgar Davids, un medio centro físico con recorrido que jugaba de interior. En los años siguientes apostó por ejes como Edmilson y Márquez, de carrocería, músculo y desplazamiento del balón. Pero su decisión creó cierto revuelo entre los puritanos azulgrana, que defendían un medio centro de toque y finura. Al estilo cruyffista. Pep Guardiola, sin embargo, propone a Sergio Busquets (Sabadell, 1988), un compendio de ambos modelos. "Es importante para el equipo", le elogia el entrenador. Así lo creen todos. Incluso el Sporting, su rival de esta noche. El Barça se presenta en El Molinón sin Alves ni Keita, lesionados.
- Explosión fulgurante. En el curso anterior, Busquets sorprendió en la segunda jornada liguera ante el Racing y rubricó su fútbol en la siguiente, en El Molinón. "Tiene desparpajo y supo manejarse desde el primer día", le define Ernesto Valverde, el entrenador del Villarreal. "Explotó de forma inesperada, pero siempre ha transmitido un gran equilibrio defensivo", añade Xabier Azkargorta, que ha dirigido banquillos por todo el mundo. "Fue una sorpresa muy agradable", concede Guardiola. Barral, ariete del Sporting, agrega: "Nos dejó parados porque ofreció un gran rendimiento desde el inicio". Y Miguel Ángel Lotina, el técnico del Deportivo, razona: "Es el medio centro prototipo azulgrana, el nuevo Guardiola del Barça".
Busquets no deja indiferente a nadie y menos aún a Manolo Preciado, el técnico del Sporting: "Es el futbolista moderno. Defiende bien y ataca mejor. Está entre los cuatro mejores jugadores españoles de la última década".
- Orden y equilibrio. Los jugadores del Barça no dudan. "Juega inteligente y sereno. No se pone nervioso gracias a su talento", le alaba Chigrinski. "Es bueno al primer toque, en la recuperación, en el juego aéreo... Lo tiene todo", apostilla Pedro. Preciso en el pase y atento al corte, Busquets ha jugado 41 partidos (4.731 minutos) y logrado seis goles desde que Guardiola le diera la batuta. "No atrae a la gente, pero genera fútbol y hace mejores a los demás", puntualiza el técnico. "Recupera la pelota con asiduidad y tiene sincronía con los demás", argumenta Jabo Irureta, ex entrenador del Athletic, el Deportivo y el Zaragoza. "Aporta el equilibrio", interviene Valverde. Y Azkargorta amplía: "Está donde se le requiere". Añade Barral: "Sabe qué hacer".
- Veteranía prematura. En su segundo año, Busquets ya ha celebrado seis títulos y alcanzado la selección. "Da una sensación de tranquilidad que no es normal", comenta Gerard Autet, del Sporting. "Es un futbolista maduro que mantiene el tipo durante todo el partido", resalta el punta rival, Mate Bilic. "Es muy completo para la edad que tiene", corrobora Irureta. E interviene Lotina: "Es joven, pero ya es el futbolista apoyo para sacar la pelota, jugarla o dar ayudas".
- Fútbol de contacto. No esconde la pierna Busquets, que provoca más tarjetas que nadie. El curso pasado sacó 24 cartulinas y en éste siete más. "Tiene ese puntito de mala leche. Sabe dar la patada y, cuando se la dan a él, magnificarla", advierte Azkargorta. "Es fuerte y duro. Al colectivo del Barça le va bien", replica Irureta. A los rivales, sin embargo, no les hace demasiada gracia. "Una torta suya me dejó el tobillo fatal. Siempre se queja, pero también da bastante", insiste Bilic. "Cuando el equipo ataca, está muy conectado, pendiente de lo que pueda pasar. Por eso a veces rasca. Pero es noble", concluye Pep Guardiola.
- De difícil detención. Presiona, roba y reparte. "Llega a todas partes", explica Autet. Además, quitarle la pelota resulta complicado. "Es un rival muy escurridizo", conviene Bilic; "juega y hace jugar". Para intentar evitarlo, Manuel Preciado tiene un plan: "Hay que frenarlo con el trabajo colectivo. No se le puede poner un solo hombre porque siempre inventa algo". Subraya Autet: "Tiene mucho movimiento. Hay que atarlo en corto y hacer que se sienta incómodo". Pero Barral contradice: "Antes hay que parar a Messi o Iniesta".
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