El 80% de barcos de bajura está exento de las normas para prevenir riesgos
El sector encabeza las estadísticas de muertes en accidentes laborales
El 16 de julio de 2006, un técnico del Instituto de Seguridade e Saúde Laboral (Issga) inspeccionó un arrastrero que llevaba la balsa salvavidas en la toldilla, en la parte más alta del barco, de modo que podía largarla a través de un carril hacia cualquier costado. ¿Problema? Estaba amarrada y el pasador que la trincaba, atascado por múltiples capas de pintura. Deficiencias que habrían hecho impracticable una maniobra ágil de salvamento y que fueron solventadas al momento por orden del inspector. Una semana después, el barco naufragaba en Gran Sol. La tripulación echó mano a la balsa y todos lo contaron. El episodio circula por los puertos gallegos, donde la impronta del control de riesgos es referente a nivel europeo (la Cooperativa de Armadores de Vigo y la Federación de Cofradías de Pontevedra son pioneras en la creación de un servicio mancomunado en prevención) y pretende seguir marcando el rumbo a través del equipo de trabajo que se acaba de crear en Santiago, durante una reunión de expertos del Arco Atlántico hace unos días.
Marineros expertos tiemblan cuando tienen que saltar al mar en un simulacro
Dicen los que saben que un accidente nunca lo desencadena una sola causa. "Con la cantidad de barbaridades que se ven, a veces piensas: ¡Este tipo no tiene un ángel de la guardia, tiene 300!". Son palabras de alguien que se ha pateado los 1.100 kilómetros de costa gallega, normativa de prevención de riesgos en mano. José Rodríguez Arribe, jefe de la oficina del Issga en Rande (Vigo), es testigo directo del camino hecho en esta materia por el sector pesquero, que arrancó cuando la presencia a bordo de extintores o chalecos era más ficción que realidad.
Una década después, los viejos marineros siguen "fiando" más la seguridad a la experiencia que a la prevención, algo a lo que el relevo generacional -"todos ahora tienen formación", apunta Arribe- ha dado un vuelco. Para avanzar por esta senda, la Consellería do Mar convocará la Mesa pola Seguridade Marítima -que la conselleira Rosa Quintana se comprometió a celebrar antes de diciembre- para formular las propuestas necesarias y ajustar la normativa a la realidad costera de Galicia. Y lo hará con un diagnóstico del cumplimiento de la ley de prevención de riesgos laborales en la flota de bajura, encargado por el anterior Ejecutivo, y que ha inspeccionado 750 barcos en tres años. Y es que la altura gana a las artes menores la partida, ya que tiene "absolutamente integrados el chaleco y el casco".
La flota artesanal la conforman 4.549 barcos que pueden ser inspeccionados por hasta 14 administraciones. De ellos, un 20% dispone de trabajadores por cuenta ajena, el resto son autónomos y, por tanto, exentos de cumplir con la normativa de prevención de riesgos laborales para buques de pesca (RD 1216/97), al igual que las naves de eslora inferior a 15 metros. Según datos del Ministerio de Trabajo de 2008, el índice de incidencias mortales en Galicia lo encabeza este sector con 55,6 por cada 100.000 trabajadores. El siguiente en la lista es la construcción, y no llega a 18. Pese a ello, la pesca no aparece junto a las actividades peligrosas del anexo del Real Decreto 39/97 que regula la prevención.
El jefe del Issga en Rande aspira a que a todos los marineros, autónomos o no, "tengan unas obligaciones". Arribe reconoce que "ningún equipo de protección individual es cómodo". "Hace 10 años [en las canteras de O Porriño] trabajaban en bañador y chanclas, hoy van con protección respiratoria, guantes, botas... porque provoca silicosis y pérdidas auditivas importantes". La gente del mar, no obstante, "no tiene esa sensación de peligro". Ha visto temblar a marineros que han navegado por medio mundo cuando tienen que tirarse al agua en una prueba de salvamento a pesar de estar equipados. "Luego los ves por la borda del barco con una soltura..." Quizás esto explique la congelación del programa Aboia, que permitió repartir hace dos años 600 chalecos autoinflables gratis entre los autónomos. "Pocas veces vi a la gente con nuestro chaleco puesto", lamenta.
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