La crisis sigue con Gorosito

Cambian los propietarios y cambian los técnicos, pero todo sigue igual en el Xerez. El silencio con el que Chapín acogió el segundo gol de Osasuna es el preludio más evidente del entierro de las ilusiones de un equipo al que sólo un milagro puede dejar en Primera. No parece que ese milagro responda a la intervención de Gorosito, el nuevo entrenador.

El preparador argentino puso en liza un once coherente, hizo los cambios de manera escalonada y la puesta de largo de su equipo dibujó diez minutos iniciales de cierta pujanza. Justo hasta que un pedazo de lateral, Monreal, logró el 0-1.

Duró el Xerez lo que aguantó el buen fútbol de Momo y las embestidas de Bermejo. Un preciso pase del canario, que jugó de mediapunta, fue rematado por Bermejo para lograr un empate que se antojaba justo. Sólo entonces.

El fútbol, no obstante, acabó amoldándose a la realidad que se plasmaba en el césped. El Xerez, al que los cambios ayudaron muy poco, se fue desinflando de forma progresiva ante el oficio de Osasuna.

No mienten los datos, pues el equipo adiestrado por José Antonio Camacho disputa los cuartos de final de la Copa, tiene un grupo competitivo y sabe lo que hace. Demasiado rival para este Xerez que acumula ya la friolera de 13 partidos sin conocer el triunfo.

Casi por inercia, el choque se acabó decantando en un jugadón de Juanfran, que relegó a Casado a un fútbol de otra categoría. El preciso pase del jugador formado en la cantera del Madrid fue empujado a gol por Camuñas, ex xerecista por más señas.

Fue el punto y final lógico a un partido en el que las carencias del colista, a nueve puntos de la salvación, afloraron como de costumbre. Y eso, desgraciadamente, no hay Gorosito que lo salve.