A vueltas con el escáner
Nos aseguran las autoridades que, una vez traspasado el escáner del aeropuerto, las fotos que nos mostrarán desnudos sin más armas que las que la naturaleza nos suministró quedarán borradas. Ningún humano las habrá visto ni las verá. Vaya. Estoy dispuesto a apostar 100 euros (una sola vez, claro) a que un lamentable descuido, que no se volverá a repetir y del que el ministro del Interior de turno se hará personalmente responsable, hará que circule por la Red y sea recogida por la prensa amarilla la foto de Brad Pitt pasando por el arco. No todo es malo, claro: por fin el público se explicará las razones de su triunfo personal.
A cada estúpido fallo de la seguridad corresponde inevitablemente una nueva idiotez de las autoridades y, como siempre, el individuo inocente paga el pato.
