Lino Lacedelli, escalador italiano
El pasado mayo había fallecido el compañero de la mayor aventura de su vida, Achille Compagnoni. Junto a él, el escalador italiano Lino Lacedelli coronó en 1954 el K2, la segunda cima más alta de la Tierra tras el Everest, uno de los ochomiles más peligrosos, pero sobre todo un sueño que empezó a perseguir cuando a los 14 años desobedeció a su padre para ascender la cumbre de las Cinque Torri en la cordillera alpina de las Dolomitas. Fue así cómo Lacedelli, que murió el 20 de noviembre a los 84 años, empezó una carrera que le llevó entre los grandes del alpinismo europeo.
Nacido en 1925 en la estación de esquí de Cortina (Véneto), realiza en 1953 sus primeras escaladas internacionales. El 31 de julio del año siguiente, él y Compagnoni, miembros de la expedición organizada por el explorador Ardito Desio, coronan los 8.611 metros del K2 en la cordillera del Karakorum. Durante el ascenso, las manos de Lacedelli se congelaron varias veces y el escalador sufrió la amputación del pulgar de la mano izquierda, lo que no le impidió volver a medirse con las montañas y participar en numerosas expediciones de salvamento.
En 2004, con 79 años, volvió al K2 para rendir homenaje a Mario Puchoz, fallecido en 1954 y enterrado en el campo base de la expedición. El ex presidente de la República Carlo Azeglio Ciampi le concedió el título de Caballero de la Gran Cruz.
Sin embargo, el éxito de la expedición resultó empañado por las denuncias de Walter Bonatti, joven miembro de la expedición que acusó a Lacedelli y Compagnoni de haberle utilizado para llevar las bombonas de oxígeno hasta los 8.000 metros y de haberle dejado plantado cambiando la ubicación del campo base.
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