PSE y PP protegen su alianza ante posibles desacuerdos preelectorales

PSE-EE y PP sentaron ayer las bases para preservar su pacto de los vaivenes de un año preelectoral y realizaron una aproximación a la acotación del alcance real de las diferencias que inevitablemente tendrán una proyección pública, de modo que no socaven de manera determinante su acuerdo ni el cambio. La reunión tenía por objeto crear el clima de claridad y confianza preciso para afrontar esa etapa con garantías, de modo que los temas importantes estén trabajados en el seno del pacto, incluso cuando sea para escenificar desacuerdos, antes de que salgan a la luz pública o se abran a la intervención de terceros.

El refuerzo de la comunicación previa de proyectos legislativos y de las posiciones de cada parte, así como la creación de una comisión encabezada por el consejero de Economía, Carlos Aguirre, y el responsable de asuntos económicos del PP, Antón Damborenea para el seguimiento de la ejecución presupuestaria, fueron dos de los principales acuerdos adoptados. También quedó decidido empezar por Industria y Medio Ambiente la reducción de empresas públicas.

Torres prevé un endurecimiento del PP que puede provocar "tensiones"

Una comisión seguirá la ejecución presupuestaria en reuniones mensuales

El PSE y el PP coinciden en que el año preelectoral que acaba de empezar y la necesidad, sobre todo de los populares, de marcar un perfil propio y distanciarse del Gobierno, como partido de oposición a la vez que socio preferente, va a someter al pacto de bases para el cambio que sostiene a Patxi López a más vaivenes de los habidos hasta ahora y, probablemente, de los deseables para el Ejecutivo. Ambas formaciones preservarán lo sustancial de su compromiso ante las diferencias que aflorarán progresivamente por el procedimiento de que sean tratadas, medidas y limitadas previamente y de común acuerdo en su alcance real y en su proyección pública.

Los portavoces de ambos partidos, José Antonio Pastor y Leopoldo Barreda, valorarán hoy por separado la reunión. Desde las filas de ambas formaciones se trató de rebajar el perfil de la trascendencia del encuentro, pese a que se trató de un repaso exhaustivo al funcionamiento de su acuerdo, incluidos los reproches mutuos, y se fijaron los parámetros en los que se moverá la colaboración, y también los desacuerdos, en el periodo de sesiones que se abre en diez días y, en general, para todo 2010. Este año y el próximo resultarán toda una prueba para la solidez del acuerdo para el cambio, porque ambas formaciones tendrán que tomar posiciones para competir electoralmente y, sobre todo en Álava, lo harán sin concesiones,después de la negativa socialista a desalojar al PNV de la Diputación con una moción de censura el año pasado.

Dentro del PP es precisamente ese territorio el que más empuja a Basagoiti a marcar distancias y hacerlo de tal modo que el asentamiento del lehendakari Patxi López no redunde en beneficio de su partido en esa provincia, donde el PP aspira a batir de nuevo al secretario general del PSE, Txarli Prieto.

A la reunión asistieron el consejero de Interior, Rodolfo Ares, el portavoz socialista, José Antonio Pastor y el secretario general del Grupo Socialista, Óscar Rodríguez, en representación del PSE, y el también portavoz, Leopoldo Barreda, y los parlamentarios Antón Damborenea y Laura Garrido, por el PP. El secretario general, Iñaki Oyarzabal, no acudió, por encontrarse de viaje. Las delegaciones abordaron las disfunciones que cada parte ha observado en estos meses y los desmarques protagonizados por los populares, tanto en votaciones parlamentarias, algunas de calado como las que afectan a cuestiones de empleo y prestaciones sociales, como en declaraciones y posicionamientos públicos. Fue un encuentro con papeles encima de la mesa y un abordaje exhaustivo de temas, que tuvo lugar en el Parlamento y con el calendario legislativo del Gobierno y las iniciativas parlamentarias ya conocidas delante.

Los socialistas entienden la necesidad de los populares, pero les preocupa hasta dónde vaya a deslizarse en la tentación de establecer las distancias justamente en los asuntos que más problemas pueden causar al Gobierno, por ejemplo, en sus desencuentros con otras instituciones gobernadas con el PNV. Los casos de San Mamés y Urdaibai son un ejemplo. Ayer el secretario de Organización del PSE-EE, Mikel Torres, vaticinó que, a medida que se vayan acercando las elecciones municipales de 2011, "el PP se pondrá en una posición mucho más dura" que puede provocar "tensiones". La portavoz, Idoia Mendia, dijo que el Gobierno está "satisfecho" y en- clavó la reunión en la "normalidad" y las previsiones del propio pacto. "Es legítimo y entendible" que el el PP "marque diferencias", dijo, y eso "no preocupa" ni "pone en solfa" el acuerdo.