Sale de la cárcel el pistolero que atentó contra Juan Pablo II
Alí Agca anuncia el fin del mundo tras quedar libre después de 29 años
El ex pistolero de ultraderecha Mehmet Alí Agca salió ayer de la cárcel casi tres décadas después de haber intentado acabar con la vida de Juan Pablo II en el Vaticano. El hombre que disparó e hirió al Papa el 13 de mayo de 1981 en plena plaza de San Pedro proclamó en un hotel de lujo de Ankara, poco después de su excarcelación, que "el fin del mundo se acerca" y "todos los seres humanos desaparecerán este mismo siglo".
Los médicos castrenses que examinaron a Alí Agca, de 52 años, tras su puesta en libertad le declararon inútil para el servicio militar, que en Turquía es obligatorio y sin límite de edad de cumplimiento, por presentar "desequilibrio mental" y "personalidad antisocial", según reconocieron sus propios abogados. "No soy Dios ni el hijo de Dios, sino el eterno Cristo", declaró a la prensa en la capital turca.
Sufre desequilibrio mental, según los médicos que le han examinado
Pero Alí Agca se negó una vez más a explicar si actuó en solitario contra Juan Pablo II, un acérrimo enemigo de los regímenes comunistas, o por encargo de los servicios secretos de Bulgaria o la antigua Unión Soviética, como apuntaron varias investigaciones en la época.
El pistolero turco cumplió 19 años de cárcel en Italia por el atentado hasta que fue indultado por iniciativa del propio pontífice, que le perdonó públicamente tras visitarle en su celda. Pero fue inmediatamente extraditado a Turquía, donde tenía varias causas pendientes por terrorismo, entre ellas el asesinato en 1979 del director de un periódico.
Sólo tras agotar íntegramente el tiempo de su condena en Turquía ha podido salir en libertad. En un oscuro trámite judicial, sin embargo, fue excarcelado durante unos pocos días en 2006, cuando un tribunal consideró que sus condenas cumplidas en Italia y Turquía ya sumaban el máximo legal de permanencia en prisión. El Tribunal Supremo revisó con urgencia su caso y fue enviado de nuevo tras las rejas.
Relacionado con bandas juveniles de delincuentes, Alí Agca perteneció a la organización terrorista de ultraderecha los Lobos Grises, responsable de numerosos ataques contra intelectuales y militantes de izquierda en los turbulentos años que precedieron al golpe de Estado militar de 1980 en Turquía.
Una corte de abogados vela hoy por sus intereses. Quiere capitalizar los derechos de su historia personal en forma de entrevistas exclusivas, libros o películas a cambio de sumas multimillonarias. Mañana mismo ha convocado en Ankara la primera conferencia de prensa que ofrecerá tras su puesta en libertad. Por el momento, ya se sabe que el antiguo pistolero turco ha prometido visitar la tumba de Juan Pablo II, fallecido en 2005, y que desea también ser recibido por su sucesor, Benedicto XVI.
"Ha cumplido su condena en la cárcel y ahora ya es libre, según la ley. Esperamos que su corazón también haya cambiado", aseguró el arzobispo Ennio Appignanesi. "Tal vez venga a Roma. El Papa ya fue a verle para perdonarle. Ahora [Alí Agca] puede rezar por él".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.